Por Redacción de Sin Comillas

Si Puerto Rico desea cambiar el rumbo de su economía debe diseñar una política industrial moderna que sitúe a la economía puertorriqueña en la vanguardia de la actividad económica mundial, señala Sergio M. Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE). Y este es un buen momento para hacerlo.

“Después de una prolongada crisis fiscal, las secuelas de múltiples desastres naturales y los trastornos económicos causados por la pandemia, Puerto Rico se encuentra en una encrucijada crítica. Debemos trazar una nueva ruta que fomente el crecimiento sostenible y el bienestar social. Nuestra propuesta sobre política industrial busca la colaboración entre todos los sectores para redefinir el desarrollo económico de Puerto Rico”, añade Marxuach en la edición de este mes del CNE Review.

“El fin de la bancarrota del gobierno; el despliegue total de los esfuerzos de reconstrucción; el fin de la pandemia de COVID-19; y el giro intelectual en apoyo a un estado económicamente más activo, convergen para crear la oportunidad de una generación para que Puerto Rico dé un giro a su economía e inicie un proceso que genere crecimiento económico y desarrollo a largo plazo. Sería una pena desperdiciar esta oportunidad”.

A diferencia de las políticas industriales del pasado, que se enfocaban en su mayoría en la expansión industrial tradicional y actividades manufactureras, CNE plantea “un enfoque moderno que considera las oportunidades en todos los sectores de la economía”. Esto incluye la identificación de oportunidades en la agricultura de alta tecnología, los servicios avanzados o especializados y la manufactura sofisticada, entre otras áreas.

El desarrollo de una nueva política industrial, señala CNE, requiere una estrategia global a largo plazo que fomente la colaboración entre el sector público, las empresas privadas, los empleados, las uniones, las organizaciones no gubernamentales y el mundo académico para sostener el crecimiento a lo largo del tiempo.

La publicación destaca que las políticas industriales eficaces tienen tres elementos en común:

  1. visión estratégica nacional a mediano y largo plazo, con cuatro estrategias: (1) la atracción de inversión extranjera directa; (2) la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas nacionales; (3) fomentar las exportaciones; y (4) la innovación
  2. colaboración con el sector privado
  3. coherencia en la ejecución de la política industrial a lo largo del tiempo. Es en esta fase donde muchos gobiernos fracasan
  4. repartir de manera equitativa tanto los riesgos como las recompensas entre el estado y el sector privado