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Por Luisa García Pelatti

A pesar de que el Gobierno asegura que el presupuesto del año fiscal 2014-2015 será el primero en muchos años que estará balanceado, Sergio Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía, asegura que no es cierto, que el presupuesto no está balanceado.

“El presupuesto del fondo general para el año fiscal 2015 no estará estructuralmente balanceado, ya que el gobierno planifica utilizar $269.8 millones de dinero prestado para pagar el servicio de la deuda de los bonos de obligación general (GOs) emitidos el 11 de marzo de 2014”, explica.

Además, debido a la deficiencia de $320 millones en los recaudos de Hacienda para mayo del 2014, “es muy probable que el déficit del fondo general para el año fiscal 2014 supere la proyección del gobierno de $650 millones. De hecho, en el CNE estimamos que el déficit para el 2014 rondará los $1,000 millones”.

Marxuach considera que los $1,357 millones de recortes son “trucos de contabilidad” y están sujetos a severos riesgos a la hora de ser implementados. “Nuestro estimado conservador es que por lo menos $309 millones de esos recortes no se concretizarán”. Para el presupuesto del año que viene (2014-15), el déficit estructural será de por lo menos $578 millones.

En los últimos años ha aumentado la proporción del presupuesto que se dedica a pagar la deuda.  El servicio de la deuda ha aumentado de un 12.5% en el 2011 a un 16.2%, proyectado para el 2015. “Esto significa que aproximadamente $1 de cada $6 que gastará el gobierno de Puerto Rico estará dirigido al servicio de la deuda”.

“La deuda del Estado Libre Asociado de Puerto Rico es insostenible. Para revertir esta tendencia será necesario: operar con un superávit presupuestario durante varios años y que la tasa de crecimiento del PNB sea consistentemente mayor que la tasa de interés sobre la deuda. Opinamos que ambos eventos son poco probables en el futuro cercano”, dijo Marxuach.

“Más aún, Puerto Rico puede estar exhibiendo una dinámica económica que, según estudios recientes, precede un default, o evento de impago: años de endeudamiento excesivo, renuencia a reestructurar la deuda y el aplazamiento artificial de un default que termina siendo inevitable”.

Explica que la dificultad está en aumentar los recaudos en medio de una economía estancada y con un gobierno con dificultades para fiscalizar de forma adecuada.