Con el acelere de la crisis climática, los sucesos de lluvias fuertes en el Caribe son cada vez más frecuentes. Una de las propuestas del climatólogo Rafael Méndez Tejeda al Gobierno es ajustar a esta realidad las proyecciones de lluvia, cortando a la mitad el tiempo en que se esperan eventos de envergadura.
Por Rafael R. Díaz Torres | Centro de Periodismo Investigativo
De la lluvia fría siguió su derroche.
Llovió día y noche por cuarenta días.
Canción: El Diluvio Universal
Ramito
Al hablar de las inundaciones más significativas que recuerda de las últimas dos décadas, el cagüeño Erick Figueroa, de 39 años, inevitablemente recuerda al fenecido trovador Flor Morales Ramos, Ramito, uno de los exponentes más importantes de la música jíbara puertorriqueña. Al igual que el cantante, Figueroa ha vivido casi toda su vida en el barrio Bairoa. El tema de los eventos de lluvias fuertes provoca que el hombre también piense en la famosa frase “Sopla Bairoa” de Ramito, que lo transporta a los ciclones que vivió, el huracán Georges en 1998 y María en 2017, cuando el viento sopló, los puentes colapsaron y las calles se inundaron.
“En Georges vi unas lluvias bien exageradas en el área más alta de Bairoa, que es El Mirador. Una de las calles se inundó y esa urbanización tiene una montaña en la parte de atrás, que nos divide de esa área de La Barra. En Georges yo vi que esa montaña se deslizó y a las casas más altas, les pasó el agua por detrás y salía en forma de cascada por la parte de adelante”, narró Figueroa al Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
Según un informe divulgado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de los Estados Unidos, los pluviómetros del Servicio Geológico de los Estados Unidos midieron 28 pulgadas de lluvia que cayeron en el municipio de Caguas, en la zona central, durante el huracán Georges.
Para Figueroa, la imagen de las inundaciones producto del huracán María fue todavía más aterradora. Según los datos de la NOAA, algunos de sus sectores recibieron hasta 37 pulgadas de lluvia durante el embate del poderoso huracán.
“Para María, el área donde yo vivo particularmente, que es Bairoa Park, a nosotros nos pasa un río cerca, por donde le dicen el puente De la Cruz. Es el río Cagüitas y pasa por el centro comercial de Bairoa. Eso se inundó y se rompió ese puente y tuvieron como tres meses para arreglarlo. Que se haya tapado el mall, nunca había visto eso”, relató el también director de la escuela Nueva Pedagogía Secundaria ubicada en el centro urbano de Caguas.
Si bien municipios en todas las regiones de Puerto Rico experimentaron lluvias fuertes e inundaciones durante el ciclón ocurrido en septiembre del 2017, el caso de Caguas sobresale en comparación con otros pueblos. Según un informe de la NOAA varios pueblos tuvieron lluvias de 15 pulgadas en adelante, pero ninguno le ganó a Caguas con esas 37 pulgadas.
Según el climatólogo y profesor del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Amílcar Vélez, la cantidad de pulgadas experimentadas durante estos dos huracanes corresponden al llamado “período de retorno” de 500 años, lo cual significa que este tipo de lluvias fuertes hipotéticamente ocurren una vez cada cinco siglos. En términos de probabilidad, hay un 0.2% de que este evento de lluvia ocurra en un año específico durante esos 500 años. Sin embargo, entre Georges y María solo transcurrieron 19 años.
El período de retorno de la lluvia es un estimado de años que se utiliza para pronosticar cada cuánto tiempo podría ocurrir un evento natural de envergadura, fuera de lo común. Documentos como los planes de mitigación pueden presentar diferentes escenarios para períodos de retorno que van desde 5, 10, 25, 50, hasta 100, 500 o más años. Mientras menor el período de retorno, se espera que el evento atmosférico ocurra con mayor frecuencia y que la cantidad de pulgadas de lluvia recibidas sea menor. Por el contrario, eventos de lluvia de 500 o 1,000 años tendrán menos probabilidad de ocurrencia, pero traerán cantidades extraordinarias de lluvia, que pueden amenazar de manera más directa la vida e infraestructura.
Vélez ha investigado sobre las cantidades máximas de precipitación utilizando modelos de distintos períodos de retorno para los años del 1961 al 2000. En la información correspondiente a la estación meteorológica de Gurabo, la más cercana a Caguas, Vélez dice que la cantidad de precipitación máxima esperada para el período de retorno de 500 años es de 502 milímetros, o casi 20 pulgadas. Tanto el huracán de 1998 como el del 2017 sobrepasaron esa cantidad de lluvia en sectores de Caguas, en un periodo de 19 años.
“Puerto Rico entero tiene unas lluvias extremas de [las que se supone que ocurran cada] 500 años, de más de 15 o 18 pulgadas de lluvia. La única área que tiene poca cantidad de lluvia en Puerto Rico es el noroeste, solamente porque está más alejado de donde entran los huracanes frecuentemente. Lo histórico allí han sido solamente 10 pulgadas”, explicó Vélez al CPI.
Con la crisis climática actual y las proyecciones hechas por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de que continuará aumentado el desarrollo de ciclones tropicales en la región del Caribe, Vélez apoya que todo plan de mitigación y diseño de infraestructura vial para Puerto Rico tome en cuenta escenarios de lluvia para períodos de retorno correspondientes a diferentes años. Los eventos de lluvia fuerte son cada vez más comunes. Por tal razón, futuras investigaciones deben reevaluar la recurrencia esperada de estos sucesos meteorológicos extremos, según el también académico del Departamento de Geografía de la UPR.
Ante los cambios atmosféricos acelerados de las últimas décadas y el aumento de eventos de lluvia intensa en el Caribe, expertos recomiendan que los planes de mitigación y otros documentos de política ambiental evalúen distintos escenarios con diferentes períodos de retorno.
Sin embargo, esta recomendación, que ya ha sido aplicada en varios países del Caribe, contrasta con el estándar utilizado por el Departamento de la Vivienda (DV) de Puerto Rico en el Plan de Mitigación para el Programa de Subvención en Bloque para el Desarrollo Comunitario de Mitigación (CDBG-MIT). El documento, que trabaja a base de datos de un período de retorno de 100 años, fue aprobado parcialmente por el Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda (HUD, en inglés) de los Estados Unidos el pasado 1ro de febrero. La agencia no atendió una petición del Centro de Periodismo Investigativo para que explicara si se pueden utilizar diferentes períodos de retorno o si es requisito limitarse al de los 100 años.
De los $8,285 millones anunciados en fondos CDBG-MIT, $6.2 mil millones serían utilizados en programas de infraestructura, desarrollo económico y planificación. El componente del Plan relacionado a Vivienda todavía está bajo revisión por HUD. Al DV se le dieron 45 días a partir del 1ro de febrero para sugerir revisiones ante el Gobierno federal.
Los trabajos y proyectos que salgan de ese Plan de Mitigación podrían aportar a que la infraestructura y las comunidades en Puerto Rico puedan enfrentar más adecuadamente las amenazas naturales del futuro. Sin embargo, los datos utilizados por el Gobierno solo corresponden al período de retorno de 100 años, a pesar de que el propio documento preparado por el DV reconoce que “muchos lugares de los Estados Unidos” tienen zonas de inundación con propensidad a tener eventos de lluvia más frecuentes.
La Junta de Planificación (JP), que proveyó los datos para el Plan de Mitigación de los fondos CDBG-MIT admitió ante cuestionamientos del CPI que no tiene la información correspondiente a proyecciones del período de retorno a 500 años. Según la planificadora y miembro asociado de la JP, Rebecca Rivera, los datos correspondientes a eventos de 100 años (1% de probabilidad anual de inundación) son los requeridos por el Reglamento de Planificación, y el Código de Regulación Federal (CFR, en inglés).
“De igual manera, los mapas sobre tasas del seguro de inundación (Flood Insurance Rate Map) de la Junta de Planificación están basados en los eventos de lluvia de 100 años”, sostuvo Rivera.
Asimismo, la planificadora argumentó que según el Código, los eventos de lluvia de 500 años caen bajo la definición de Acciones Críticas, por afectar o detener servicios e infraestructura crítica, como hospitales, asilos de adultos mayores, centros de operaciones de emergencia, centro de operaciones de datos, entre otros.
A pesar de la justificación dada por la JP para no incluir datos correspondientes al período de retorno de 500 años, el Plan de Mitigación de Puerto Rico para los fondos CDBG-MIT sí menciona las acciones a tomarse ante posibles escenarios de Acción Crítica.
Contrario a la JP, el DV le indicó al CPI que sí existen datos sobre zonas de inundación de 500 años. No obstante, el DV también hizo referencia a normas federales para justificar la exclusión de esta información del Plan de Mitigación para los fondos CDBG-MIT.
Urge actualizar los períodos de retorno
El hecho de que en menos de dos décadas hayan ocurrido dos huracanes que trajeron lluvias asociadas a las cifras del período de retorno de 500 años, presenta la necesidad de reevaluar la frecuencia de estos eventos. De acuerdo con el climatólogo y profesor de la UPR en Carolina, Rafael Méndez Tejeda, si una persona o comunidad experimenta eventos de lluvia e inundaciones extremas en varias ocasiones durante sus vidas, se debería repensar si es pertinente continuar llamándole “la lluvia de 500 años”.
“Esos períodos de retorno que antes se esperaban que sucedieran en tantos años, ya ocurrió con Georges [1998], ocurrió con [el huracán] Marilyn [1995]. Hubo un evento en Puerto Rico, que fue una lluvia el 18 de julio del 2016, que en San Juan rompió récord porque cayeron nueve pulgadas en cuatro o cinco horas. De manera que ha habido eventos, sin hablar de María, que fue un caso récord”, explicó al CPI Méndez Tejeda. “¿Por qué hablamos del período de retorno de 500 años si se nos está presentando eso en María, Georges, Marilyn?”
“En el 1985 que fue [el derrumbe de] Mameyes [en Ponce], hubo una lluvia que rompió todos esos récords. Después de Mameyes vino el huracán Hugo en el 1989. Después de Hugo tuvimos la lluvia del Día de Reyes en Puerto Rico. Después de eso tuvimos la lluvia de Georges en 1998. Son menos de 10 años entre esos eventos. Yo he vivido en Puerto Rico cinco o seis eventos con lluvias similares en menos de 40 años. Hablar de lluvia de 500 años es hacer creer que eso no va a ocurrir y no nos debemos preocupar”, afirmó el también integrante del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático de Puerto Rico.
“En un momento hubo una discusión sobre ese documento [Plan de Mitigación para los fondos CDBG-MIT]. La sugerencia fue que se revisaran esos períodos de retorno. Esos períodos de retorno, por lo menos yo, no utilizaría 100 años, debido al ritmo que lleva el cambio climático. Por eso yo bajaría esos períodos de retorno por lo menos a la mitad, que son 50 años. Estamos teniendo episodios mucho más frecuentes de lo que teníamos”, sugirió Méndez Tejeda.
Países del Caribe sí ponderan otros períodos de retorno
En el resto del Caribe sí existen documentos que toman en consideración el período de retorno de 500 años para propósitos de proyecciones sobre eventos de lluvia fuerte e inundaciones. Por ejemplo, en el informe titulado “Amenazas y Riesgos Naturales República Dominicana”, la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, así como el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de ese país antillano presentaron en el 2012, varios mapas que toman en consideración escenarios correspondientes a diferentes períodos de retorno. En el documento se presentan modelos de lluvia de huracán para todo el territorio dominicano usando los períodos de retorno de 50, 100, 500 y 1,000 años.
Asimismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas publicó en el 2012 el informe titulado “Efectos del cambio climático en la costa de América Latina y el Caribe”. El documento presenta unos modelos de “Nivel de riesgo por inundación en términos de población afectada para período de retorno de 500 años”. Se establece que para el año 2040, Puerto Rico es de los territorios de mayor riesgo de inundación. Cabe destacar que han transcurrido nueve años desde la divulgación del informe de la CEPAL. Estos valores y proyecciones, según Vélez, podrían ser más altos, dada la agudización de la crisis climática en la región del Caribe.
En el caso de las Islas Vírgenes estadounidenses, el territorio desarrolló un Plan de Acción para los fondos CDBG-MIT análogo al de Puerto Rico. Los períodos de retorno presentados en el documento son variados y fluctúan entre 50 para los huracanes y deslizamientos provocados por lluvia, y 100 para inundaciones fluviales y sequía. En el caso de las inundaciones costeras, el período de retorno utilizado es 120 años.
Darle prioridad a las realidades climatológicas del Caribe no siempre es posible en la implementación de política pública en Puerto Rico. Por su realidad colonial, la Isla debe cumplir con los estándares y reglamentaciones del Gobierno estadounidense. En el caso del Plan de Mitigación para los fondos CDBG-MIT, el Gobierno de Puerto Rico tuvo que seguir las guías de FEMA.
“La zona de inundación de 100 años es la única regulada en los Estados Unidos. Aunque FEMA define la zona de inundación de 500 años en algunos lugares, esto no es universal ni está regulado. Lo que significa que los edificios solo están sujetos a los estándares del Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones si se encuentran en la zona de inundación de 100 años”, explicó Vivienda en expresiones escritas enviadas al CPI.
Rafael R. Díaz Torres es integrante de Report for America