Foto suministrada
Por Redacción de Sin Comillas

Casa Pueblo anunció la creación del primer laboratorio de energía en la Isla, el Laboratorio Comunitario para la Transición Energética, un centro de investigación aplicada que viabilizará la implementación de soluciones de energía limpia en Puerto Rico y cualquier parte del mundo.

La infraestructura del laboratorio está formada por microrredes eléctricas. Estas son la microrred de Casa Pueblo, la microrred de la Plaza de la Independencia Energética y las microrredes de Adjuntas Pueblo Solar en el casco urbano. Entre todas, proveen energía a los proyectos autogestionados de Casa Pueblo, residencias, comercios, infraestructura crítica y espacios comunes de uso público.

Casa Pueblo también desarrollará un laboratorio científico en sus instalaciones y está en proceso de reclutar a una persona con grado doctoral en ingeniería eléctrica y experiencia probada en el campo para que dirija este proyecto novel.

El laboratorio proveerá asesoramiento técnico a estudiantes e integrantes de la comunidad sobre las microrredes, incluyendo diseño, equipos, funcionamiento, reparación y mantenimiento, entre otros aspectos. De este modo, surgirán nuevos expertos en microrredes y habrá personas entrenadas en el lugar donde se instale el sistema para poderlo manejar.

Además, el laboratorio permitirá que la academia y la industria accedan a los datos históricos sobre la operación de estas microrredes y realicen investigaciones prácticas en condiciones del mundo real, para generar conocimiento, desarrollar nuevas microrredes y replicar estos modelos de independencia energética en otros lugares del globo.

“Desarrollar este laboratorio es insertarnos formalmente en el campo de la innovación energética y representa una nueva escala de trabajo dentro de la insurrección energética”, afirmó el director asociado de Casa Pueblo, Arturo Massol Deyá.

Se trata, dice, de un laboratorio único en el mundo. «No existe otro lugar con una infraestructura eléctrica similar, manejada por una organización sin fines de lucro, que esté al servicio de la comunidad y pueda emplearse como un laboratorio vivo».

“No solo interconectamos microrredes para crear la primera red de microrredes solares en Puerto Rico y el Caribe, sino que lo hacemos en un entorno de aprendizaje real, con variables climáticas auténticas, fenómenos naturales, fallas del sistema eléctrico tradicional, personas y patrones de consumo reales, y datos en tiempo real”, resaltó Massol Deyá.

Al momento, una decena de universidades han respaldado su creación y se han comprometido a convertirse en auspiciadores. Igualmente, la organización «Para la Naturaleza» confirmó su interés en recibir los servicios del laboratorio para encaminar su transición energética.

“Nada de esto puede abordarse así desde universidades o laboratorios tradicionales. Nuestra propuesta de aprender desde instituciones no tradicionales es inédita, no existe algo así a esta escala. Es un sueño hecho realidad: el primer laboratorio nacional de energía puertorriqueña”, manifestó Massol Deyá.