Soy Raoul Slavin, director ejecutivo de Aspenall Energies, LLC, una compañía puertorriqueña que cuenta con un contrato para la venta de 10MW de energía eléctrica generada por turbinas de viento en el Municipio de Santa Isabel. Siendo una compañía netamente local, hemos experimentado tanto las frustraciones de un desarrollador, como las de un ciudadano con el tema de la generación y distribución de electricidad.
Las frustraciones son reales y extensas. Nuestro deseo de re-invertir capital local ha sido frustrado por la AEE, que ha rechazado más de 100MW en propuestas que hemos hecho, y nos ha concedido solamente un pequeño proyecto de 10MW. Nunca hemos entendido como la AEE ha hecho sus decisiones de cuales propuestas aceptar y cuales no. A pesar de esto, tenemos un grupo local de sobre 20 empleados, de los cuales seis son ingenieros graduados de universidades en Puerto Rico. Las frustraciones de hacer negocios en Puerto Rico nos ha llevado a considerar inversiones en proyectos de energía renovable fuera de la isla. Sin embargo, no hemos abandonado nuestra esperanza que podamos hacer proyectos en la isla.
Escribo con referencia al artículo en Sin Comillas titulado “Cuestionable la estrategia para el uso de energías renovables” publicado la semana pasada. El artículo contiene varias aseveraciones erróneas, y tomo la oportunidad para hacer unos comentarios.
No escribo en defensa de todos los proyectos de energía renovable. Entre ellos hay varios que se han llevado acabo de manera problemática y en algunos casos poco ética. Sin embargo, debemos evitar la tendencia de agrupar todos los casos detrás de los malos, y descartar todo desarrollo porque algunos han sido mal hechos. No podemos permitir esto, porque el futuro de Puerto Rico y del medio ambiente depende profundamente de una transición que debemos hacer para alejarnos de las energías provenientes de combustibles fósiles. Esta transición sin duda traerá abusos de individuos con pocos escrúpulos. Pero eso no quiere decir que debemos abandonar la transición.
“En los últimos días del 2012 … la Autoridad de Energía Eléctrica firmó 63 contratos para la compra de energía generada por fuentes renovables. ¿Por qué se firmaron esos contratos en los últimos días de un gobierno que perdió las elecciones?”
Esta aseveración es incorrecta. La AEE indica que tiene sobre sesenta contratos firmados, los cuales se firmaron durante un periodo de varios años. En el caso de Aspenall Energies, su contrato fue firmado en diciembre del 2011. Sin duda algunos se firmaron más recientemente.
“¿Ofrecen los contratos las mejores condiciones para el bienestar general de los ciudadanos?”
En el caso de los contratos para la generación de electricidad por turbinas de viento, el precio del contrato es de $0.125 por kilovatio-hora (kWh) mas $0.025 como incentivo “REC”. Este precio fue otorgado por la AEE para todos los contratos de energía eólica y fue el precio que en aquel momento se estimaba por el DDEC y la AEE era el mínimo que podría atraer proyectos a la isla. Debido a que diferentes lugares tienen diferente intensidad de viento y sol, el costo de producción en diferentes lugares varía. Puerto Rico tiene un recurso de viento moderado, lo cual significa que en sus mejores lugares una turbina eólica eficiente produce en promedio 20% a 30% de su capacidad. Por el contrario, hay lugares como lo son partes de Texas, México, Escocia, entre otros, donde el recurso de viento permite que la misma turbina supere los 40% y hasta 50% de su capacidad de producción anual. Esto quiere decir que una turbina con capacidad de 1MW produciría un promedio a fin de año de 500kW por hora en un lugar con un excelente recurso de viento y solo un promedio de 200kW por hora en una jurisdicción como Puerto Rico. A parte de esto, por ser una isla y estar controlada por una compañía de servicio público exigente, los costos de la misma turbina son mas altos en Puerto Rico. Por esto, podemos ver que proyectos en algunos lugares generan energía eólica a un menor costo, que se nos hace imposible aquí.
De acuerdo a la AEE, el costo presente de esa agencia para generar electricidad sobrepasa los $0.10 a $0.13 por kWh. Por lo tanto, en el caso de electricidad generada por el viento se aproxima al costo presente de generar electricidad y no representa un aumento para los ciudadanos (http://www.nrel.gov/docs/fy11osti/49237.pdf). Una ley federal requiere que la AEE compre cualquier energía renovable y de algunos tipos de generadores a su costo evitado.
En el caso de energía solar, esta es una tecnología más costosa que la eólica. El precio establecido por la DDEC y la AEE fue de $0.15 por kWh mas $0.035 como incentivo. Este precio es más alto de lo que la AEE indica es su costo presente de producir electricidad (el cual definitivamente aumentará con los años), pero substancialmente por debajo del costo al consumidor.
“¿Por qué hasta ahora el gobierno de García Padilla no ha cuestionado esos contratos?”
Esta pregunta le toca contestar al gobierno de turno. Sin embargo, es importante señalar que el gobierno central tiene relativamente poca jurisdicción sobre los contratos firmados por la AEE y los mismos son obligaciones legales de esa compañía pública.
“Los contratos garantizan la compra de energía a una tarifa de $0.15 por kilovatio. Aunque algunas fuentes señalan que hay contratos de hasta 18 centavos por kilovatio, este diario no ha podido confirmarlo”.
Nuevamente, la mayor parte de los contratos para proyectos fotovoltáicos están a $0.15 mas $.035. Los eólicos están a $0.125 mas $0.025. Los contratos se pueden obtener en la Oficina del Contralor.
“En Puerto Rico es económicamente viable producir electricidad usando energía eólica a un precio competitivo que fluctúa entre $0.05 kWh y $0.08/kWh, asegura un estudio realizado por Efraín O’Neill, José Colluci Ríos y Agustín Irizarry, los tres profesores de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez expertos en energías renovables.”
Desafortunadamente el reporte por estos distinguidos profesores no incluye su análisis. Este precio podría ser el costo básico de instalar y amortizar la compra de turbinas eólicas. Por la experiencia que tenemos en la industria entendemos que estos costos no consideran los costos de financiamiento, mantenimiento, ganancias, ni la instalación de equipos suplementales para cumplir con los requisitos de interconexión de la AEE. Ya que la cifra incluida en el reporte en cuestión (http://uprm.edu/aceer/ponencias/PS866.pdf) no está sustentada con detalles, no podemos estar seguros de lo que asume. El costo de instalar una turbina eólica en Puerto Rico fluctúa entre $2.5 a $3.0 millones por MW. Si el factor de capacidad de una turbina de 1MW es de un 20%, su producción sería de 350,400kWh por año. Para simplemente amortizar su compra en 10 años, el costo tendría que ser entre $0.07 a $0.085 por kWh. Si añadimos los costos por financiamiento, mantenimiento, supervisión y alguna ganancia, el precio de $0.125 mas $0.025 apenas cubre los gastos. Esto sin considerar los equipos suplementales.
“¿Entonces por qué los contratos se firmaron a $0.15? ¿Se ajusta esta tarifa a lo que se paga en otros países? Costa Rica estaría pagando tarifas de entre $0.05 y $0.08. En el estado de Arizona fluctúa entre $0.05 y $0.06 y en Ecuador la tarifa es de $0.03.”
Nuevamente, la tarifa de energía renovable es diferente en diferentes países debido a sus recursos. En Hawaii y Massachusetts hay contratos que pagan más de veinte centavos ($0.20) por kWh para energía eólica, y en Alemania el gobierno exige 9 Euro centavos, equivalente a $0.12 US. El precio pagado por electricidad solar residencial en Alemania es de sobre 24 centavos del Euro. (http://www.germanenergyblog.de/?page_id=8617). En el estado de New Jersey el precio subió hasta $0.39 por kWh en 2012. (http://www.dsireusa.org/incentives/incentive.cfm?Incentive_Code=NJ07F).
“Algunas fuentes aseguran que los contratos se otorgaron sin exigir que los que firmaban fueran dueños de los terrenos ni mostrar capacidad financiera.”
Esto es un hecho que ha sido comprobado en la prensa para algunos de los acuerdos. Sin embargo, esto no quiere decir que sea el caso para todos. En nuestro caso en particular hemos demostrado capacidad financiera y control de los terrenos. Este también es el caso para muchos de los contratos ya firmados.
“Además, las localizaciones de los terrenos no son las mejores, ni para la AEE, ni para los dueños de esos contratos.”
La AEE es típicamente la que controla las localizaciones basándose en los lugares donde tiene la capacidad de absorber generación. Ha sido la frustración de algunos desarrolladores (incluyéndonos a nosotros, que hemos sometido propuestas para más de 100MW en energía eólica durante los pasados cinco años, las cuales han sido denegadas con la excepción de nuestro proyecto de 10MW en Santa Isabel) que ubicaciones preferidas por recursos renovables se le han sido denegada por la AEE porque la misma indica que no tiene la capacidad de absorber generación en los lugares propuestos. Por lo tanto, las localizaciones finales de los proyectos han sido el resultado de una negociación con la AEE.
“Al parecer, los contratos llegaban a la AEE ya redactados desde La Fortaleza listos para la firma. “
Esta definitivamente no fue la experiencia nuestra ni la de muchos de los desarrolladores que conocemos. Al contrario, Fortaleza, tanto en la administración presente como la anterior, han tenido sumamente poco control sobre las decisiones de la AEE.
“Lo único que pudo hacer la AEE para imponer algún control fue establecer los requisitos mínimos de entrada, conocidos como los “Minimum Technical Requirements”.
Como dice el nombre, estos son los requisitos técnicos mínimos que establecen la calidad de la electricidad que productores pueden inyectar al sistema. Los primeros tres proyectos construidos, el de Pattern en Santa Isabel, el de AES Ilumina en Guayama, y el de Gestamp/Go Green en Naguabo, tuvieron requisitos técnicos mínimos mucho menos exigentes que los que se les están requiriendo a los nuevos proponentes. En este momento, Puerto Rico tiene los requisitos técnicos mínimos más exigentes del mundo, lo cual ha causado una demora en el desarrollo de proyectos y ha aumentado sustancialmente el costo de desarrollo de los mismos.
“A los dueños de esos contratos se les conoce como “los desarrolladores”, tal vez porque muchos de ellos estuvieron mucho tiempo vinculados al desarrollo de viviendas y hoteles.
No es por eso. En la industria a nivel mundial se le llama desarrollo de proyectos de energía renovable, y los que llevan acabo su elaboración, desarrolladores.
“‘Es como si te hubiera tocado la lotería, porque nadie paga tanto en otros países’, asegura una fuente.”
Si solo fuera este el caso. Como he mencionado, el costo por el cual se compra electricidad varía de país en país, y en algunos es más alto que aquí. Hay compañías de energía renovable a las cuales Puerto Rico es atractivo por el relativamente alto precio del contrato. Sin embargo, hay jurisdicciones mas generosas. El precio refleja una combinación del recurso y el costo.
“Estos contratos se venden y se compran, y han servido para hacer dinero. “
Esto es definitivamente el caso de varios de los contratos, y un punto del cual nos unimos en lamentar. El haber concedido contratos a varias entidades que no tienen el interés ni la capacidad de desarrollar proyectos ha aumentado costos y reducido oportunidades para los proponentes bona fide.
Sin embargo, en la lista, aparte de nosotros, hay bastantes proponentes bona fide que desean llevar acabo el desarrollo de su proyecto como un negocio.
En este momento crítico para la economía de Puerto Rico, es importante que hagamos decisiones cuidadosas y sensatas sobre desarrollos e inversiones. Pero también es importante que “no botemos el bebé con el agua de baño”, según el dicho.
Saludos cordiales,
Raoul Slavin