Por redacción de Sin Comillas

Donald Trump anunció el lunes por la noche que, a partir del 26 de enero, levantará las restricciones para viajar a Estados Unidos impuestas a los extranjeros provenientes de Europa y Brasil, pero será obligatorio presentar una prueba negativa de COVID-19. La medida había sido establecida en marzo. Unos minutos después de este anuncio, la futura portavoz de Joe Biden, Jen Psaki, señaló en Twitter que el próximo Gobierno “no tiene la intención de levantar estas restricciones el 26 de enero”.

En un comunicado publicado por la Casa Blanca, Trump ha explicado que las autoridades sanitarias le aconsejaron que eliminara las restricciones aplicables a la zona Schengen, el Reino Unido, Irlanda y Brasil, pero continuarán vigentes las restricciones a los viajeros de China e Irán debido a la falta de colaboración de parte de los Gobiernos y empresas estatales con EE UU.

El pasado 12 de enero, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitió la orden de que a partir del 26 de enero será imprescindible para entrar a EE UU presentar una prueba negativa de la COVI-19 o documentación que certifique haberse recuperado de la enfermedad. La normativa rige para todos los pasajeros aéreos que lleguen de un país extranjero.

“Con el empeoramiento de la pandemia y el surgimiento de variantes más contagiosas en todo el mundo, este no es el momento de levantar las restricciones a los viajes internacionales”, tuiteó Psaki, aclarando que el equipo médico no lo recomienda. “De hecho, planeamos fortalecer las medidas de salud pública en torno a los viajes internacionales para mitigar aún más la propagación de la Covid-19”.

Estados Unidos es el país más afectado por el coronavirus con cerca de 400,000 muertos y más de 24 millones de casos positivos.