Por redacción de Sin Comillas

Frente al incremento desorbitado de la concentración de riqueza en plena crisis mundial, es urgente impulsar impuestos sobre las grandes fortunas y el capital, reclama la organización no gubernamental (ONG) Oxfam en el informe “Beneficiarse del sufrimiento”, presentado este lunes con motivo de la reunión del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos.

Desde que empezó la pandemia, hay 573 nuevos multimillonarios mientras que 263 millones de personas más podrían verse sumidas en la pobreza extrema y vivir con menos de $2 al día, revirtiendo así décadas de progreso.

La organización denuncia un aumento en la desigualdad con la llegada de la pandemia, que ahora se ve agravada por la subida de precios. “La riqueza de los milmillonarios se ha disparado durante la pandemia de la COVID-19 en gran medida debido a los beneficios extraordinarios de grandes empresas de los sectores farmacéutico, energético, tecnológico y alimentario”, indica el informe. La riqueza de los milmillonarios se ha incrementado tanto en los últimos 24 meses como lo ha hecho en 23 años.

Mientras tanto, millones de personas en todo el mundo se enfrentan a una crisis por el aumento del costo de la vida debido a los efectos de la pandemia y el rápido incremento del precio de productos básicos como los alimentos y la energía. La desigualdad, que ya era extrema antes de la pandemia de la COVID-19, ha alcanzado niveles sin precedentes.

Impuestos a las ganancias extraordinarias 

Para paliar esta situación de desigualdad, Oxfam propone la aplicación de impuestos excepcionales sobre las ganancias inesperadas en contextos de crisis, así como una agenda de reformas fiscales que graven de manera más eficiente y recurrente la riqueza. Dice que los Gobiernos deben tomar medidas urgentes para poner freno a la riqueza extrema.

Deben elevar la tributación sobre la riqueza, el capital y los beneficios “caídos del cielo” de grandes empresas, e invertir este dinero en la protección de la población con mayores necesidades y en la reducción de las desigualdades y el sufrimiento.

Oxfam propone un impuesto progresivo del 2% de los ingresos por encima de los $5 millones, que aumentaría a 3% para los que reciben ingresos por encima de los $50 millones y al 5% para los que reciben más de $1,000 millones, lo que permitiría recaudar $2.52 billones (en inglés $2.52 trillion) en todo el mundo.

Los mayores beneficiarios

James Cargill II y su familia son los principales propietarios de Cargill, una de las mayores multinacionales del sector de la alimentación a nivel mundial. Su fortuna ha aumentado a un ritmo de casi $20 millones al día desde el inicio de la pandemia de la COVID-19. En 2021, Cargill obtuvo casi $5,000 millones de ingresos netos, el mayor beneficio en toda su historia. El año anterior repartió dividendos por valor de $1,130 millones, que acabaron en su mayor parte en manos de los miembros de esta familia. Se prevé que la empresa vuelva a batir su récord de beneficios en 2022. Las ganancias de Louis Dreyfus Co. aumentaron un 82% el año pasado, debido principalmente a las fluctuaciones de los precios de los cereales.

La familia Walton es titular de cerca de la mitad de las acciones de Walmart, la cadena de supermercados de Estados Unidos. La riqueza conjunta de la familia se sitúa en torno a los $238,000 millones, lo que supone un incremento en términos reales de $8,800 millones respecto a 2020, por lo que su riqueza ha aumentado a un ritmo de $503,000 por hora. En los últimos cinco años, la familia ha recibido alrededor de $15,000 millones en dividendos de la empresa en efectivo. Una investigación de Oxfam reveló que cuando las grandes empresas protegen sus ganancias, las personas que trabajan en sus cadenas de suministro son las principales afectadas. Priorizar como hace Walmart a sus accionistas tiene un gran impacto en los niveles de desigualdad de ingresos en Estados Unidos. El año pasado, la empresa pagó a sus accionistas $16,000 millones en concepto de dividendos y recompra de acciones. El salario promedio de un empleado de Walmart es de $20,942 anuales. Si los dividendos recibidos por los accionistas se invirtieran en los salarios de los 1.6 millones de empleados y empleadas de la empresa, su salario promedio podría subir a $30,904 anuales.

Los márgenes de beneficio de las grandes petroleras se han duplicado durante la pandemia. Las empresas que forman parte de las cadenas de suministro energético a nivel mundial están obteniendo enormes beneficios gracias al aumento de los precios. En el último año, cinco de las mayores empresas energéticas (BP, Shell, TotalEnergies, Exxon y Chevron) han obtenido conjuntamente unos beneficios por valor de $82,000 millones, lo que equivale a $2,600 cada segundo. En mayo de 2022, BP registró sus mayores ganancias ordinarias trimestrales en más de 10 años, y Shell obtuvo beneficios récord, según el Financial Times. En 2021, estas empresas abonaron $51,000 millones en concepto de dividendos, lo que significa que el 63% de sus ingresos netos acabó en manos de sus accionistas. El elevado precio de la energía está beneficiando principalmente a un reducido grupo de empresas, mientras la mayor parte de la población pierde poder adquisitivo al hacer frente a la subida de los precios.

La pandemia también ha generado 40 nuevos milmillonarios en el sector farmacéutico. Las grandes farmacéuticas se embolsan más de $1,000 por segundo solo por su negocio con las vacunas, cobrando a los Gobiernos hasta más de 24 veces el costo de producción genérica. Moderna tan solo cuenta con un producto en el mercado: una vacuna contra la COVID-19 de la que obtiene un margen de beneficio bruto del 70%. Esta empresa ha logrado con gran éxito convertir fondos públicos en riqueza privada, transformando $10,000 millones de financiamiento del Gobierno de los Estados Unidos en cerca de $12,000 millones de beneficios hasta la fecha. Moderna ya ha creado cuatro nuevos milmillonarios, cuya riqueza conjunta asciende a los $10,000 millones, mientras que tan solo el 1% del total de su suministro de vacunas ha ido a parar a los países más pobres. Moderna es además una de las empresas farmacéuticas señaladas por trasladar artificialmente sus beneficios paraísos fiscales para eludir el pago de los impuestos que le corresponden.

Pfizer es la empresa que más vacunas ha vendido en todo el mundo, pero la que en proporción al total de dosis vendidas, menos ha suministrado a países de renta baja. En 2021, Pfizer repartió $8,700 millones en dividendos entre sus accionistas. Ha sido acusada de jugar sucio para incrementar sus beneficios, incluir cláusulas en los contratos que pueden utilizarse para silenciar las críticas, exigir bienes del Estado como aval y controlar las fechas de entrega.

Mientras que muchas pequeñas y medianas empresas han tenido que cerrar debido a los impactos de la pandemia, el sector de la tecnología es quizás el que mejor parado ha salido. Cinco de las 21 mayores entidades económicas en el mundo son empresas tecnológicas: Apple, Microsoft, Tesla, Amazon y Alphabet. Estas cinco empresas lograron unos beneficios de $271,000 millones en 2021, casi el doble que en 2019. Siete de los 10 hombres más ricos del mundo han conseguido su fortuna en el sector de la tecnología, la cual ha aumentado en $436,000 millones desde 2020. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, tiene tanto dinero que, incluso si perdiese el 99% de su fortuna, seguiría formando parte del 0.0001 % más rico del planeta. Amazon ha sido probablemente la empresa que mejor parada ha salido de la pandemia. Desde 2019, sus beneficios se han más que triplicado ya que ha aprovechado su gran poder de mercado para convertirse en la “tienda para todo”. Amazon ejerce un poder sin precedentes sobre las trabajadoras y trabajadores, los proveedores y los Gobiernos, y su modelo de negocio sigue dependiendo del trabajo de cientos de miles de personas en sus almacenes y como repartidoras con bajos salarios. La fortuna personal de su fundador Jeff Bezos ha aumentado en $45,000 millones desde 2020.