Por redacción de Sin Comillas

Al igual que otros sectores que se han opuesto a la ampliación del cobro del IVU entre negocios, el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPPR) expresó su total rechazo a la propuesta de enmiendas a la Ley 1 de 2011, conocida como “Código de Rentas Internas para un Nuevo Puerto Rico”, y en particular a la eliminación de la exención del cobro de Impuesto de Ventas y Uso (“el IVU”) a las profesiones designadas relacionadas a la Construcción.

En los pasados ocho años el sector de la Construcción ha sufrido una merma significativa en su capacidad de hacer negocio, convirtiéndose de una industria en crecimiento que empleaba a 100,000 personas en el 2005, a una que apenas ofrece empleo a 15,000 trabajadores.

Ahora que la industria de la construcción, la cual lleva años estancada, empezaba a dar señales de vida, el CAAPPR entiende que la medida propuesta no es compatible con la agenda gubernamental de incentivar la economía del país por medio de la construcción.  Esta propuesta  lejos de promover el objetivo de desarrollo,  creación de empleos y fortalecimiento fiscal, desalienta cualquier iniciativa de parte de un potencial empresario a plantearse y acometer un proyecto en esta frágil industria.

“Eliminar de la exclusión del pago del IVU a las profesiones que están ligadas a la industria del diseño y la construcción encarece el proceso, obligando en el caso del arquitecto y el arquitecto paisajista, a pagar al menos una porción de 6.5% adicional en honorarios al equipo de profesionales que típicamente colaboran  en un proyecto –delineantes, artistas gráficos, artistas plásticos, consultores mecánicos, eléctricos, estructurales, civiles, y ambientales  entre otros-, costo añadido que habrá de transferirse al dueño de la obra y al bolsillo del consumidor” dijo la Arq. Pilarín Ferrer, presidente el CAAPPR, entidad que agrupa a unos 1,400 colegiados.

“El Gobierno cuenta con nosotros para crear parte de los 50,000 empleos prometidos dentro de la Ley Empleos Ahora, y el CAAPPR  está presto a ser parte de este gran esfuerzo.  Los proyectos de ley propuestos no estimulan ni viabilizan el  que podamos colaborar contratando más personal, o manteniendo a la actual plantilla de empleados, sino todo lo contrario: pone en precario estos empleos. Es importante recalcar que la gran mayoría de las firmas de arquitectos  caen bajo la categoría de PYMES.  Lastimosamente algunos colegiados se han visto en la necesidad de cerrar sus oficinas, despedir empleados, muchos ahora  trabajan a tiempo parcial o por servicios profesionales y algunos laboran en otras disciplinas no relacionadas a la profesión”, explicó la arquitecto Ferrer.

“Factores que están fuera de nuestro control se van sumando a los ya altos costos de producir un proyecto en Puerto Rico”, dijo Ferrer, quien agregó que “es necesario  desarrollar incentivos para la creación de proyectos y trabajar legislación que ayude a atender todo el deterioro urbano que cada día se hace más evidente. Hay mucho trabajo en la renovación urbana, y un gran potencial de creación de empleos en estos proyectos,  lo que no hay son mecanismos reales y efectivos que propicien a que esto ocurra.”

Vivimos rodeados de construcciones que no cumplieron con el debido proceso de permisos y muchas que en violación de códigos y ordenanzas,  ponen en peligro la seguridad, bienestar y salud del usuario.  Hay que implementar una campaña efectiva  para  recaudar los arbitrios y/o patentes no pagados,  multar a   quienes no cumplan y exigir que se respeten las leyes y reglamentos vigentes.

La arquitecta Ferrer concluyó diciendo, que “parte fundamental para el estímulo de la economía, es propiciar un clima favorable que ayude a que los proyectos de construcción puedan convertirse en realidad,  la imposición de un impuesto por servicios prestados tendría un impacto negativo en nuestra práctica profesional, en la industria de la construcción y por ende en el país”.   Para lograr esta meta  de 50,000 empleos, debemos aspirar a aumentar la base de empresarios exitosos. Hay que fomentar el empresarismo y apoyar las iniciativas de creación de empleo de todo aquel que a pesar de la difícil situación económica que vivimos, decide quedarse e invertir en Puerto Rico y su gente.