
Opinión
Por José I. Alameda Lozada*
“Las estadísticas son una ciencia según la cual todas las mentiras se vuelven gráficas”, Albert Einstein
Mientras observaba al presidente Donald Trump anunciar los “aranceles recíprocos” y su “justificación”, me percaté de que los números no eran confiables. Estoy familiarizado con información de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de inmediato me asaltó la duda. Sin embargo, sabía que números serían enjuiciados por expertos y economistas de las universidades del mundo, en especial, de Estados Unidos. No me equivoque.
Economistas especializados en el área de comercio internacional ya levantaron su voz sobre el fallido estimado sobre aranceles impuestos a Estados Unidos: manipulación de la divisa y barreras comerciales (en inglés, Tariffs Charged to USA: currency manipulation and trade barriers). En la tabla recién divulgada, la tercera columna (ultima a la derecha) equivale a los aranceles recíprocos que para Trump representan la respuesta de Estados Unidos a un supuesto abuso de los países aquí desglosados contra la nación americana. El análisis del comercio internacional, basado en las estadísticas de la OMC, nos dice que todos los países, incluyendo Estados Unidos, colocan aranceles por productos o mercancías que son fijos para todos los países. Sin embargo, no hay tal cosa con un arancel “discriminado” para Estados Unidos solamente. Esta práctica es reprochada por la OMC y hasta faltaría a los estatutos legales de la organización y suscritos por todos los países.
Un fallo es que la fórmula que sustenta ambas métricas es ajena a un arancel, ya sea recíproco o no. El arancel es un pago o tributo en el comercio con Estados Unidos y esto no aparece en las consabidas fórmulas. La fórmula recién divulgada sólo mide la razón matemática (ratio) entre el valor absoluto del déficit comercial de cada país con Estados Unidos (numerador), y como base el total de importaciones de Estados Unidos (denominador) desde estos países. Luego, se multiplica por 100.
Veamos el cálculo. El déficit comercial es el resultado de calcular el valor de las exportaciones menos las importaciones. Por ejemplo, China vendió a Estados Unidos $439 mil millones (2024), pero Estados Unidos vende a este a país tan solo $144 mil millones. Esto genera un déficit comercial de $295 mil millones para Estados Unidos. Según la tabla que presenta Trump, el supuesto cargo de arancel que hace China a Estados Unidos es 67%. A este resultado se llega al dividir el deficit comercial de $295 mil millones entre las importaciones de $439 mil millones. En ningún lugar hay una valorización de los aranceles ni de la manipulación de la divisa, ni coloca en la ecuación cualquier otra barrera de comercio. Esta ecuación en nada tiene que ver con los aranceles.
Pero peor aún es la ecuación de cómo se calculan los aranceles recíprocos. De manera escueta es la misma ecuación, solo que pondera las importaciones (denominador) por la elasticidad de la demanda (entre 2 a 4 puntos), y la elasticidad del precio calculada en 0.25. El fallo fundamental aquí es que se usan las mismas elasticidades para todos los países, no importa si el país comercia con Estados Unidos en trillones o en millones. Tampoco hace diferencia si son bienes agrícolas, materia prima, bienes de capital, bienes intermedios o bienes finales. Sencillamente aplicar estos valores a todos los países es una barbaridad con la consecuencia de llegar a conclusiones erradas.
Otro dato confuso es que coloca aranceles a países con muy poco volumen de comercio con Estados Unidos. Se refiere a países con población menor al millón de habitantes que no tienen el poder de compra como para afectar el comercio con Estados Unidos, y a otros que tienen superávit comercial con la nación Americana. Es sabido que en la tabla aparecen lugares con 10% de arancel como Islas Heard y McDonald, donde no vive nadie. También la Islas Cocos (Keeling) con 593 habitantes; Isla de Navidad con 1,690 personas; Svalbard y Jan Mayen con 2,530 habitantes y Tokelu con 2,583 residentes. Esto es solo una lista parcial.
En resumen, resulta insólito que una nación rica y poderosa en el comercio internacional, realice una política generalizada de aranceles basada en un análisis tan mediocre y pobre. Creo que Estados Unidos tiene capital humano experto en economía que puede realizar mejores análisis. Así y solo así se podrá hacer a Estados Unidos grande de nuevo.
- El autor es economista y profesor en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez.