Por Redacción de Sin Comillas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el pasado lunes que en las dos próximas semanas anunciará aranceles de 25% para los productos farmacéuticos.

La propuesta provocaría un aumento significativo en los costos para las compañías farmacéuticas que operan en Puerto Rico, según un análisis publicado por Estudios Técnicos, Inc. Pero la firma también ve oportunidades.

«Potencialmente, hay oportunidades para Puerto Rico en términos de atraer producción a la isla, con una capacidad ya instalada, que puede ser expandida. Sin embargo, atraer nuevas inversiones e instalaciones es un proceso que tomará tiempo, por las complejidades técnicas, de costos y aspectos regulatorios», señala en «Al Punto», una de las publicaciones de la firma.

«Actualmente, gran parte de las importaciones de productos farmacéuticos de Estados Unidos (incluyendo las de Puerto Rico) entran sin cargos arancelarios (con la excepción de ciertos APIs, Active Pharmaceutical Ingredients), mediante el Acuerdo de Comercio en Productos Farmacéuticos entre los Estados Unidos y países de la Organización Mundial del Comercio», apunta.

«En el caso de Puerto Rico, por ejemplo, en el año fiscal 2024, el 76.3% de sus importaciones de productos farmacéuticos procedentes de países extranjeros entraron bajo dicho acuerdo. Un arancel a dichas importaciones exentas implicaría un aumento significativo en costos para la industria en Puerto Rico», explica.

Los aranceles propuestos a las importaciones de productos farmacéuticos, afectarían no solo medicamentos terminados, sino también a los ingredientes activos (APIs – Active Pharmaceutical Ingredients) que se utilizan en su producción.

La propuesta, explican, tiene dos objetivos: castigar a Irlanda, donde se han instalado numerosas compañías farmacéuticas, y trasladar producción a Estados Unidos. Entre los países más expuestos a los aranceles figura Irlanda, Dinamarca, Bélgica y Alemania.

Estados Unidos importó el año pasado unos $213,000 millones en productos farmacéuticos. Los países de la Unión Europea fueron los principales exportadores de medicinas al país, con $127,000 millones.El 56% de las exportaciones de la Unión Europea a Estados Unidos de productos farmacéuticos provenían de Irlanda. Por otro lado, cerca de la mitad de los genéricos procedían de India.

«La importancia de Irlanda en las importaciones de productos farmacéuticos de Puerto Rico no es insignificante; representaron el 43.1% del total en el 2024. La importancia de Puerto Rico en la producción y exportación de fármacos de Estados Unidos no es pequeña. En el 2024, la isla fue responsable del 17.6% del valor de las exportaciones de productos farmacéuticos y medicinales de Estados Unidos», explica el análisis de Estudios Técnicos.

El impacto potencial de la tarifa puede ser considerable, advierte, debido a que muchas de las compañías farmacéuticas en Estados Unidos y Puerto Rico desarrollan sus APIs en Europa. Un arancel de 25% aumentaría los costos de medicamentos en Estados Unidos en cerca de $51.0 billones anualmente, lo que incrementaría los precios en 12.9% de pasarse el costo al consumidor, según la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, organización que agrupa a las compañías farmacéuticas en Estados Unidos.

Farmacéuticas anuncias inversiones de cerca de $300,000 millones en EEUU

La semana pasada, Trump firmó una orden ejecutiva para promover y facilitar la instalación de nuevas plantas de productos farmacéuticos en suelo estadounidense.

Atemorizados por las amenazas de aranceles de Trump, las principales compañías ya habían anunciado inversiones de más de $287,300 millones para trasladar y ampliar su producción e investigación en Estados Unidos. Compañías estadounidenses como Johnson & Johnson, BMS, Lilly, AbbVie, Merck-MSD o Gilead, o grupos europeos como Novartis, Roche, AstraZeneca y GSK están entre los que han anunciado inversiones recientemente.

El último anuncio es el de Takeda, la farmacéutica japonesa que ha comprometido $30,000 millones de inversiones en Estados Unidos en cinco años. Otras empresas, como Pfizer, esperan más claridad sobre los aranceles antes de decidir si aumentar sus inversiones.

El mayor anuncio hasta ahora es el de Johnson & Johnson, que planifica invertir más de $55,000 millones para un centro de alta tecnología en Carolina del Norte donde producirá fármacos de vanguardia, tres nuevas plantas de fabricación avanzada y la expansión de varias instalaciones ya existentes.

La suiza Roche gastará $50,000 millones en cinco años en ampliar y modernizar sus centros de fabricación y distribución en Kentucky, Indiana, California y Nueva Jersey. Además, construirá una instalación avanzada de terapia génica en Pensilvania; una planta para la monitorización continua de la glucosa en Indiana; una fábrica para producir medicamentos de última generación para la pérdida de peso, y un centro en Massachusetts, para hacer investigación de vanguardia.

Bristol-Myers Squibb invertirá $40,000 millones en los próximos cinco años para ampliar sus procesos de producción, investigación y desarrollo y tecnología.

Lilly, con sede en Indianápolis, invertirá $27,000 millones en cuatro nuevas plantas. La suiza Novartis planea invertir $23,000 millones para construir seis instalaciones de producción (algunas para materias primas farmacéuticas), y ampliar cuatro ya existentes (en Indiana, Nueva Jersey y California), junto a un centro de investigación y desarrollo en San Diego (California).

La compañía de biotecnología AbbVie anunció en abril un inversión de $10,000 millones en 10 años en la construcción de cuatro nuevas plantas. Por su parte, MercK ha anunciado un gasto adicional de $9,000 millones hasta 2028 para expandir su capacidad de producción, que incluye una nueva planta en Durham (Carolina del Norte) y otra en Delaware.

La biotecnológica Gilead Sciences invertirá $11,000 millones y Regeneron Pharmaceuticals anunció en abril un acuerdo de más de $3,000 millones que podría duplicar su capacidad de fabricación en Estados Unidos.

Entre las europeas, AstraZeneca dijo en noviembre que invertiría $3,500 millones para potenciar su capacidad de producción e investigación en Estados Unidos, y la británica GSK planea invertir hasta $800 millones para ampliar las capacidades de fabricación.