Por redacción de Sin Comillas
América Latina y el Caribe crecerá apenas 1¼% este año, aproximadamente la misma baja tasa que en 2014 y casi 1 punto porcentual por debajo de nuestro pronóstico anterior, según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). En términos generales el organismo prevé que la caída de los precios del petróleo sea neutral para América Latina y el Caribe en su conjunto, pero los efectos a nivel de países individuales son muy diferentes.
Las economías del Caribe que dependen del turismo han comenzado a observar la tan esperada recuperación del arribo de turistas. Las perspectivas para América Central han mejorado como consecuencia de la caída de los precios del petróleo y la sólida recuperación en Estados Unidos.
La economía de Venezuela será la más afectada, con una caída de 7% en 2015. Cada disminución de $10 de los precios del petróleo se traduce en un descenso de 3½% del PIB, un impacto muchísimo mayor que para cualquier otro país de la región. La pérdida de ingresos de exportación agudiza los problemas fiscales y la recesión económica.
En un menor grado, la caída de los precios del petróleo también afecta las perspectivas de crecimiento de Bolivia, Colombia y Ecuador. Sufrirán por la caída de los ingresos del petróleo, pero las posiciones iniciales son lo suficientemente sólidas como para hacer frente al impacto. México, a su vez, cuenta con cobertura financiera para proteger sus ingresos del petróleo en 2015. Además, el sector del petróleo desempeña un papel relativamente modesto en su economía, de manera que el impacto global es limitado.
En términos generales, el resto de la región se debería beneficiar de la caída de los precios del petróleo. Los principales beneficiarios son los países con onerosas importaciones de petróleo, como en América Central y el Caribe. Pero hay que destacar que varios de estos países se han estado beneficiando hasta ahora de las entregas de petróleo subvencionadas por Venezuela en el marco del acuerdo Petrocaribe. Dadas las crecientes tensiones económicas en este país, su apoyo al programa Petrocaribe ha comenzado a reducirse. El FMI señala que para la mayoría de los países beneficiarios, la caída del precio de mercado del petróleo debería más que compensar la pérdida potencial de financiamiento en términos favorables proveniente de Venezuela, pero en algunos países el sector público podría enfrentar presiones de flujo de caja de corto plazo.
A más largo plazo, una persistente debilidad de los precios del petróleo también podría limitar el potencial asociado al desarrollo de los recursos de hidrocarburos aún sin explotar de algunos países como Argentina, Brasil y México.
Para Brasil se proyecta un crecimiento del producto de solamente 0.3% este año. En comparación, las expectativas de crecimiento en el caso de Chile y Perú son más favorables. En Chile, la incertidumbre en torno al impacto de las reformas de política parece estar afectando la inversión. En el caso de Perú, la debilidad de las exportaciones y la inversión ha provocado una fuerte desaceleración de la actividad económica recientemente, pero se prevé que las medidas concertadas de política económica y el desarrollo de nuevos proyectos en el sector de la minería favorezcan un repunte significativo de la actividad este año.
Según el FMI, la economía Argentina se contraerá en 2015. En el caso de México, en cambio, se proyecta un crecimiento del 3.2% este año —un pronóstico sólido, aunque inferior a lo previsto anteriormente, dado que la persistente debilidad de la demanda interna neutraliza los efectos positivos del crecimiento más vigoroso en Estados Unidos.