La deuda debería reducirse al menos un 44% y se debe minimizar cualquier aumento de tarifas

Por redacción de Sin Comillas

Tras tres intentos fallidos, el Gobierno y la Junta de Control Fiscal volverán a intentar lograr un Acuerdo Definitivo de Apoyo a la Reestructuración de la Deuda (RSA, por sus siglas en inglés) de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Ahora hay poco tiempo para presentar un nuevo Plan de Ajuste, pero Sergio Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE), advierte que las prisas no deben evitar “hacer las cosas bien” y ofreció varias recomendaciones: el proceso debe ser inclusivo, integral, con una reducción drástica de la deuda que la deje solvente, que se elimine la estructura de titularización y advierte que cualquier aumento en las tarifas para pagar la deuda tendrá consecuencia económicas negativas.

El 8 de marzo de 2022, la Autoridad de Asesor a Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF) daba por terminado el RSA alcanzado el 3 de mayo de 2019. La jueza Taylor Swain, en su orden del 8 de marzo, dijo que le preocupaba que esto signifique un retraso importante en el proceso de reestructuración de la deuda e impuso un plazo corto, hasta el 2 de mayo, para que la Junta comience un proceso de mediación y presente un plan de ajuste.

“Aunque entendemos perfectamente el deseo de concluir rápidamente este proceso después de cinco años de costosas e interminables negociaciones, es igualmente importante hacer las cosas bien tanto procesalmente como en el diseño de los términos sustantivos de la reestructuración de la deuda”, explica Marxuach.

El experto defiende que el proceso de mediación debe ser inclusivo.”Es la mejor alternativa para lograr un acuerdo viable entre las partes, especialmente en contraste con las alternativas de un litigio prolongado o la desestimación del caso del Título III”.

Además, el Plan de Ajuste debe: (1) tener en cuenta el ambiente complicado en el que opera la AEE; (2) resultar en una AEE reestructurada que sea solvente; (3) reducir las obligaciones totales de la AEE en al menos un 44%; (4) estar basado en un gravamen de ingresos netos sobre los ingresos de la AEE; y (5) minimizar cualquier aumento de tarifas para pagar la deuda.

“Cualquier acuerdo que no cumpla con esas recomendaciones probablemente resultará en una reestructuración defectuosa de la deuda, levantando el espectro de una nueva quiebra dentro de los próximos cinco años”, advierte Marxuach.

Por otro lado, el Plan de Ajuste debe tomar en cuenta la coyuntura actual, con subidas en el precio del petróleo, el gas natural y las tasas de interés. En el corto y mediano plazo vamos a depender del gas natural y el petróleo y estaremos a merced de los cambios provocados por la invasión rusa de Ucrania. El aumento en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal significa que cualquier deuda nueva que se vaya a emitir será a un costo mayor y habrá que analizar si en ese caso la reestructuración de la deuda es sostenible o no.

A cinco años del paso del huracán María (septiembre, 2017), el sistema eléctrico sigue muy frágil. Un informe de London Economics de 2019 señala que a corto y mediano plazo se necesitarán $16,000 millones para reconstruir la red. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Vivienda de Estados Unidos han asignado unos $12,000 millones. Marxuach cuestiona si esos $4,000 millones restantes saldrían de un aumento en las tarifas que pagan los consumidores.

Hay otros riesgos que pueden provocar un aumento en las tarifas: para honrar las pensiones de la AEE y por el despacho ineficiente de energía debido a que no se utilizan las plantas más eficientes.