Por Luisa García Pelatti
Los terremotos que sacudieron recientemente a la Isla, incluyendo un sismo de magnitud 6.4 el 7 de enero, plantean un nuevo revés para una economía que ya se encontraba en quiebra y que ha estado tratando de recuperarse de un huracán (María, 2017). En un informe publicado ayer, Moody’s Investors Service subraya los “riesgos ambientales significativos” que enfrenta Puerto Rico y cuestiona la capacidad de la economía para retener a sus residentes y a las empresas.
Moody’s considera que “es probable que los daños causados por los terremotos mitiguen una reciente tendencia positiva en la actividad económica y aumenten el riesgo de que más residentes y corporaciones busquen reubicarse”.
Entre las tendencias positivas que se pueden haber frustrado menciona un aumento en la actividad económica, un alza en el empleo y el crecimiento de la población.
Un aumento en la frecuencia de desastres naturales podría hacer que sea más difícil atraer inversiones o que las empresas expanda sus operaciones, señala Moody’s. Para agravar ese problema, está la posible eliminación del crédito contributivo al arbitrio a empresas foráneas, establecido en la Ley 154.