Por Luisa García Pelatti
La economía de Puerto Rico cayó en el año fiscal 2018 4.7%, una cifra nunca antes vista. Las proyecciones de la Junta de Control Fiscal indican que se producirá un rebote superior al 8.7% en el año fiscal que está a punto de finalizar. No todos tienen una visión tan optimista. H. Calero Consulting Group, Inc. presentó en “Economic Pulse” sus proyecciones para los próximos años fiscales, que apunta a un crecimiento mucho más modesto y a la posibilidad de un nuevo incumplimiento de pago de la deuda.
La economía crecerá sólo 0.5% en el actual año fiscal 2019. En los siguientes dos años lo hará a un ritmo de 0.8% y 0.3%, respectivamente. En el año fiscal 2022, el impulso de los fondos de reconstrucción se acabará dejando a la economía con una descenso de 0.01%.
Tanto la Junta de Control Fiscal, como el gobierno federal y el de Puerto Rico fallaron al no actuar de forma rápida en su respuesta al huracán María y ahora están cometiendo errores en la reconstrucción, señala Heidie Calero, presidenta de la firma de consultoría económica.
“El gobierno local no ha aprovechado los fondos de reconstrucción de una manera que maximice
el crecimiento económico”, explica Calero.
Los “efectos draconianos” de las medidas fiscales impuestas por la Junta de Control Fiscal se sentirán de forma más dura a partir del año fiscal 2020. Eso significa que aunque, en el corto plazo la economía seguirá creciendo, lo hará a un ritmo que no será suficiente para sacar a la economía de su actual depresión económica.
Para Calero, el mensaje es obvio: “sin una economía fuerte, las decisiones políticas y de política pública pierden apoyo”.
La Junta de Control Fiscal ha presentado siete planes fiscales con siete proyecciones de crecimiento económico entre enero de 2018 y mayo de 2019. Nuevamente sus pronósticos no son creíbles. Pasar de una caída de 4.7% en el año fiscal 2018 a un crecimiento de 4.0% en el 2019 es “altamente sospechoso” para una economía que depende de fondos federales de recuperación de desastres, dice Calero.
Por otro lado, advierte del riesgo de caer en un nuevo incumplimiento en el pago de la deuda. Habla específicamente de la posibilidad de que eso ocurra con la deuda de COFINA (Corporación de Fondo de Interés Apremiante) que se reestructuró recientemente. La caída de la población erosionará la base contributiva y provocará que los pagos de la deuda de COFINA depende cada vez más de los fondos federales para la reconstrucción.