Por redacción de Sin Comillas

José G. Ramírez Jr., un ex-corredor de UBS Puerto Rico envuelto en un esquema de fraude en la venta de fondos mutuos, fue sentenciado a pena de cárcel de un año y un día y se le impuso una multa de $500. Será el primer empleado de UBS en ir a la cárcel. Ramírez estuvo involucrado en alrededor de 200 transacciones por un valor total de $50 millones en fondos mutuos y que le permitieron ganar $1 millón en compensaciones. Ramírez, que trabajó en la sucursal de Guaynabo entre 2011 y 2013, fue despedido en enero de 2014.

Ramírez se declaró culpable en noviembre de 2018 por su participación en el esquema de fraude. El analistas trabajó en la sucursal de Guaynabo entre 2011 y 2013, fue despedido en enero de 2014.

Ramírez trató de implicar a Doel García, ejecutivo de UBS, Ramiro Colón, gerente de la sucursal de UBS Puerto Rico y su supervisor, Carlos Ubinas, presidente de UBS Puerto Rico, y a cuatro corredores de UBS Puerto Rico: David Lugo, Fernando Castillo, Leslie Highley y Luis Sánchez. La evidencia y la información que proporcionó Ramírez no fue suficiente para demostrar más allá de una duda razonable que otros empleados estuvieron involucrados en la conducta fraudulenta.

UBS Financial Services of Puerto Rico fue obligada a pagar una multa de $34 millones en el 2015, después de que el Securities and Exchange Commission (SEC) y la Financial Industry Regulatory Authority (Finra), en acciones separadas, acusaran a la firma de inversiones, la mayor del mercado, por no supervisar adecuadamente a Ramírez en la venta de fondos mutuos cerrados. UBS también ha pagado cerca de $480 millones a clientes en acuerdos con Finra, donde todavía hay más de 800 casos contra UBS pendientes.

Durante más de cuatro años UBS no supervisó de forma adecuada las cuentas de los clientes para asegurarse de que las transacciones eran adecuadas para el perfil de riesgo del cliente. A pesar de que UBS sabía que los clientes solían mantener un alto nivel de concentración en activos de Puerto Rico y que usaban estas cuentas como colateral para obtener préstamos, la firma no hizo nada para evitar una mayor exposición de los clientes.

UBS le solicitó a varios clientes que pidieran líneas de crédito usando como colateral sus inversiones en fondos mutuos para comprar más acciones. Cuando en agosto de 2013 se desplomó el valor de los fondos mutuos, los clientes se vieron forzados a experimentar pérdidas para mantener sus inversiones. UBS no admitió ni negó los cargos.

Ramírez estuvo involucrado en alrededor de 200 transacciones por un valor total de $50 millones en fondos mutuos y que le permitieron ganar $1 millón en compensaciones. Ramírez, que trabajó en la sucursal de Guaynabo entre 2011 y 2013, fue despedido en enero de 2014.