Por Luisa García Pelatti

Después de 12 años de recesión y de un huracán de grandes proporciones, el ambiente para el inversionista local está mejorando, opina Ignacio Alvarez, presidente y principal oficial ejecutivo de Popular, Inc. El ejecutivo, durante una reunión con periodistas con motivo del 125 aniversario de la entidad financiera, habló sobre la economía, sobre la Junta de Control Fiscal y sobre el papel del sector privado.

Contrario a lo que piensa la opinión pública, el sector privado ejerce muy poca influencia sobre el Gobierno, asegura el banquero. Opina que el sector privado debería tener una mayor participación en asuntos económicos y temas de política pública, aunque tiene claro que quien dicta las políticas públicas es el Gobierno. A la pregunta de si la Junta de Control Fiscal le consulta sobre algunos temas, contesta:  “A veces nos piden nuestra opinión. A veces”, dejando claro que eso ocurre con menos frecuencia de lo que le gustaría. “Quisiera tener más participación” y reclama más implicación del sector privado en la discusión de los temas económicos relevantes.

En ocasiones, lo que pasa es que se busca el apoyo del sector privado cuando ya “las líneas están trazadas”. “La gente lo que quiere es que tú apoyes una posición que ya está tomada” e insiste en que “si hay un sitio en el mundo donde el sector privado ejerce muy poca influencia sobre el gobierno es en Puerto Rico”.

Para respaldar su argumento de la poca influencia que ejerce el sector privado sobre el gobierno, Alvarez cuestiona: “¿qué ha hecho el Gobierno, en los últimos 10 años para ayudar al Banco Popular? ¿Nos han bajado las contribuciones, nos han hecho más fácil el requisito para operar? ¿Qué han hecho para ayudarnos?”. Defiende que es errónea esa percepción de que el banco tiene influencia sobre las decisiones del Gobierno. “Muchas de las cosas que hace el Gobierno, com el B2B, para nosotros son fatal. Yo no veo dónde viene esa apreciación. En Panamá, cuando la clase empresarial hablan, el gobierno escucha”.

La economía se mueve poquito a poquito

Tras 12 años de recesión y la desaparición de muchos negocios, Alvarez es optimista, considera que lo positivo es que los que sobrevivieron “se hicieron mucho más eficientes, más productivos y pudieron sobrevivir a un ambiente sumamente retante”.

La economía empieza ahora a coger “un poquito de movimiento” y esas compañías que han logrado sobrevivir han tenido sus mejores resultados en mucho tiempo. “Lo vemos en algunos de nuestros clientes”, y también en clientes extranjeros, que empiezan a mostrar interés por invertir en la Isla.

Ese cambio en la situación económica todavía no se ha traducido en inversiones, explica, porque la gente está esperando a confirmar esta mejora. “El Gobierno tiene que buscar la forma también de buscar crear más confianza”, apunta Alvarez, y para lograrlo, los inversionistas tienen que tener la confianza de que las reglas de juego no se van a cambiar de la noche a la mañana. “Para los inversionistas lo más importante es la certeza y la estabilidad” y se preocupan cuando ven las peleas públicas entre la Junta de Control Fiscal y el Gobierno. “Desafortunadamente, en Puerto Rico, hemos hecho cosas como cambiar una ley a medianoche, que no se entera nadie”.

Un ejemplo, señala, es la orden ejecutiva para aumentar el salario mínimo de los empleados en proyectos de construcción del gobierno. “Eso preocupó a mucha gente”, asegura y aunque había un respaldo al aumento de los salarios, no estaban de acuerdo con la forma en que se hizo, sin discusión, sin estudios, sin un plan de transición. Alvarez ofrece otro ejemplo, la aprobación de la Ley 154, que impuso una tasa de 4% a las compañías foráneas. “Eran compañías que llevaban 40 años aquí y nunca se discutió con ellas”.

“El problema de Puerto Rico es que nos salimos del mundo por 20 años. Puerto Rico era un sitio donde la gente venía. Necesitamos vender a Puerto Rico. Tenemos que ponernos en el mapa de nuevo. Insertarnos en el mundo”, declara el presidente del mayor banco de la Isla.

Considera que un tema importante es resolver el tema de la deuda. “Para darle seguridad al país, tenemos que llegar a acuerdos lo más rápido posible. Sin embargo, tenemos que hacerlo correctamente porque lo que no queremos es convertirnos en Argentina, que estemos aquí cada 5 años”.

Evitamos el caos una vez, ¿podremos seguir evitándolo?

Un factor clave es que las estimados de ingresos fiscales sean lo más precisos posibles, porque se van a utilizar para determinar cuánto dinero tenemos y cuánta deuda se va a pagar. “Si somos demasiado optimistas y pagamos la deuda, vamos a tener problemas”.

Alvarez opina que pasará mucho tiempo antes de que el Gobierno pueda volver a pedir financiamiento porque ya nadie va a creer en la promesa de que la deuda está garantizada por la Constitución y que se va a pagar la deuda antes que las pensiones o los salarios de maestros y policías. “Ningún país va a hacer eso, no importa lo que diga la Constitución”. “En esta pelea el que ganó fue COFINA (Corporación del Fondo de Interés Apremiante) y el que perdió los GO (Obligaciones Generales)”.

“Tenemos que pensar en el futuro. La gente tiene que creer que los mecanismo legales son fuertes. Promesa hizo una cosa buena, la gente a veces subestima el potencial que hubo del caos”. Tras la declaración de la quiebra, no se produjo un caos por la paralización de litigios del Título III. “¿Pero se imaginan que todo el mundo hubiera empezado a embargar las cuentas? Nos hemos acostumbrado a que no pasa nada pero el problema esta ahí. Los acreedores están esperando y el tiempo no es nuestro aliado”.