Marcía Rivera. (Foto suministrada)

Por redacción de Sin Comillas

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Puerto Rico para el 2012 fue 0.851, según el “Informe sobre Desarrollo Humano 2016 de Puerto Rico”, lo que coloca a la Isla entre los primeros 31 países de entre 187 en el mundo.

Según la clasificación más reciente de la Organización de Naciones Unida (ONU), Puerto Rico sería categorizado como un país de alto desarrollo humano gracias al desempeño relativamente bueno en términos de la esperanza de vida y el número relativamente elevado en los años de escolarización.  Puerto Rico sale peor en términos de sus ingresos per cápita relativamente bajos, para los cuales obtiene la posición 60 entre 187 países.

Por no pertenecer al sistema de Naciones Unidas, Puerto Rico no había tenido la posibilidad de compararse con otros países.

Algunos de los principales resultados del Informe son:

  • Puerto Rico tiene la quinta distribución de ingresos más desigual en el mundo, que representa un serio problema que necesita atenderse con políticas específicas diseñadas para revertirlo.
  • La desigualdad está presente en la esperanza de vida y en la escolarización, pero su efecto es mucho más intenso en los ingresos per cápita.  Cuando se toma en consideración la desigualdad, hay 34 países que sobrepasan a Puerto Rico en términos de su desarrollo humano, el mayor número en el mundo, solo empatado con Irán.
  • Aunque trabajar disminuye la probabilidad de ser pobre, no es vacuna contra la pobreza: un 21% de las personas empleadas son pobres, cifra que en Puerto Rico es tres veces mayor que en los Estados Unidos.  La pobreza tiende a perpetuarse: 8 de los 15 municipios más pobres se han mantenido con mayor pobreza por 30 años.
  • Puerto Rico atraviesa una crisis multidimensional, que va más allá del estancamiento del crecimiento económico y la deuda pública.  La estrategia de desarrollo no ha consolidado un proceso de crecimiento sostenido a largo plazo.  Muchas empresas cerraron al terminar su periodo de beneficios contributivos desaprovechando así la fuerza de trabajo adiestrada que quedó desempleada.  El desarrollo humano es mucho más que el crecimiento de la economía.
  • Contrario al imaginario colectivo, con la recesión todos los estratos sociales sufrieron disminuciones en sus ingresos reales. Pero la reducción fue grave en el sector más pobre de la población (30%).  La clase media fue la que menos impacto sufrió (8%).
  • El desarrollo humano es más bajo fuera del área metropolitana de San Juan.  Hoy en día, un 60% de los puertorriqueños viven fuera de la Isla.  En comparación con estudios previos sobre el desarrollo humano de la diáspora, los puertorriqueños que viven en el área metropolitana obtienen un desarrollo humano parecido a la diáspora.  Pero, los componentes para este fenómeno son distintos: mientras la diáspora puede aprovechar ingresos per cápita mucho más elevados que en Puerto Rico, su salud se deteriora mucho en comparación con los puertorriqueños que se quedan en Puerto Rico.
  • El desarrollo del capital local en Puerto Rico es muy bajo.  Pocas empresas locales exportan sus productos o servicios.  La política pública de estímulo empresarial privilegia los incentivos a grandes empresas extranjeras, sin un buen sistema de monitoreo del impacto y de los resultados.  La alta tasa de desigualdad de Puerto Rico debe ser reconocida como factor clave del estancamiento económico del país y diseñar de inmediato políticas correctivas.
  • En Puerto Rico, las mujeres viven 8 años más que los hombres en promedio, una de las diferencias en la longevidad de los géneros más grandes del mundo.  Tres de estos años se debe a que los hombres están relativamente más expuestos a la mortalidad violenta, tales como los homicidios, suicidios y accidentes.  Los últimos años de las mujeres suelen estar plagados de enfermedades relacionadas con la obesidad, el sedentarismo y la diabetes, entre otros.
  • El sistema educativo está relativamente bien financiado, pero la calidad de logros no va a la par con la inversión de recursos.  A partir de la escuela secundaria, se comienza a palpar la feminización de la educación, la cual llega a 60% a favor de las mujeres en la educación superior.  A través de todo el sistema educativo, es notable una falta de sensibilización a resultados científicos recientes que demuestran como un ambiente de mucho estrés puede afectar el desarrollo de las capacidades cognitivas de nuestros humanos desde edades muy tempranas.
  • Las transferencias a individuos, como el PAN (Programa de Asistencia Nutricional), las becas y otros subsidios, han servido como un amortiguador de la desigualdad.  Sin embargo, no se han traducido en formas efectivas de creación de empleos o de autosuficiencia económica, que ayuden a sacar a las personas de la pobreza.  Estas sostienen un orden social jerarquizado, donde la pobreza y la desigualdad se han convertido en funcionales a la dependencia y la relación colonial.
  • La enorme riqueza cultural de Puerto Rico puede ser un importante motor del desarrollo humano.  Cada vez más, a nivel mundial, la cultura es valorada como una fuerza transformadora.  Para ello hay que fortalecer el sector, ampliar sus mercados y promover sinergía con otros sectores económicos.

Desde 1990, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publica el Informe Mundial de Desarrollo Humano, mediante el cual da a conocer los resultados estadísticos de su Índice de Desarrollo Humano (IDH), sin incluir a Puerto Rico.

En Puerto Rico, el Informe sobre Desarrollo Humano es un esfuerzo amplio de un grupo de profesionales que llevan reclamando una visión más holística sobre el desarrollo de Puerto Rico, pero no es la primera que vez que se desarrolla un Índice de Desarrollo Humano. En el pasado ya lo hizo el economista José I. Alameda, del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. El profesor Olben Delgado, de ese mismo recinto, hizo su tesis doctoral sobre este índice.

Según el primer Informe Mundial de Desarrollo Humano de 1990, el Desarrollo Humano es un “proceso de expansión de las oportunidades del ser humano, entre las cuales las tres más esenciales son disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir conocimientos y lograr un nivel de vida decente”.  El Informe de Puerto Rico también incorporó otros aspectos, como el papel que juega la cultura en el proceso de desarrollo humano, y la desigualdad y la pobreza como los mayores escollos para el desarrollo humano en Puerto Rico.