Por Luisa García Pelatti
Los efectos adversos a corto plazo del huracán María, en una economía como la de Puerto Rico que ya se estaba reduciendo, pueden provocar efectos adversos a largo plazo, advierte el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, que publicó el viernes un informe titulado “Beginning to Gauge Maria’s Effect on Puerto Rico’s Economy”.
Los estudios sobre las consecuencias de otros huracanes como Hugo (1989), Marilyn (1995) y Katrina (2005) sugieren que mientras más pronunciada sea la pérdida inicial de empleos y población, más tiempo tardará una economía en recuperarse.
Puerto Rico ya estaba experimentado una pérdida anual de población del 2% antes de que el huracán María, que impactó a Puerto Rico el 20 de septiembre. A eso se unen los efectos adversos de la falta de electricidad y de agua potable, los problemas de salud y las dificultades en el transporte y las comunicaciones. Todo esto puede provocar que la pérdida de población se acelere y genere un círculo vicioso: la gente emigrará, los negocios cerrarán, la base contributiva se reducirá, disminuirán los servicios del gobierno, aumentarán los impuestos, lo que provocará más emigración, y vuelta a empezar.
El Banco de la Reserva Federal de Nueva York cree que ese escenario, el peor posible para la economía, “parece haberse evitado, al menos hasta ahora. Continuaremos monitoreando la situación”.
Sin embargo, advierte que es difícil hacer predicciones sobre el futuro económico de Puerto Rico debido a la crisis fiscal, a que la falta de electricidad ha durado más tiempo que en desastres similares y que, a diferencia de las economías de la mayoría de las islas en el Caribe, que dependen principalmente del turismo, la economía de Puerto Rico está mucho más diversificada. “Estos y otros asuntos hacen que sea más difícil predecir las perspectivas de Puerto Rico después de un huracán”.