Por Luisa García Pelatti
Antes de publicar el presupuesto, el Gobierno revisó a la baja las proyecciones económicas, según reveló el gobernador Ricardo Rosselló el miércoles, en una mesa redonda con periodistas sin dar detalles. La revisión a la baja supone una contracción mayor a la anunciada hasta ahora, pero esas proyecciones no aparecen con detalles en el presupuesto.
Donde deberían estar, en el Capítulo de la Junta de Planificación del Presupuesto, ni están. La agencia explica con detalle el comportamiento de la economía del año fiscal 2016, los indicadores mensuales del año fiscal 2017, los supuestos de las proyecciones para los años fiscales 2017 y 2018 (economía mundial y economía de Estados Unidos), pero cuando llega a la sección de las proyecciones del 2017 al 2026 despacha el asunto con el siguiente párrafo:
“El impacto proyectado de las medidas fiscales y estructurales afectaran el crecimiento esperado durante el período de 2017 a 2026 (estimándose una caída promedio para el periodo de -1.3 puntos porcentuales). Estos impactos reflejan impactos recesivos en los primeros años y más expansivos para el final del periodo. La dinámica macroeconómica será influida por la implementación de medidas que incluyen una mejora de la posición fiscal debido a las medidas, mejora del crecimiento (potencial) a largo plazo debido a la adopción de diversas reformas estructurales”.
Resulta sorprendente que no se incluya información detallada de la caída de la economía para los años fiscales, cuando lo habitual es ofrecer proyecciones de, al menos, dos años fiscales.
Recordemos que en el mes de abril, la Junta de Planificación, había dicho que la economía caería 1.7% en el año fiscal 2017 y 1.5% en el 2018. Las proyecciones inducen a error porque no están ajustadas por inflación.
El Plan Fiscal (Plan Fiscal Certificado del Gobierno) tampoco presenta un estimado explícito de crecimiento real del PNB. En su lugar, se presenta la tasa de crecimiento nominal del PNB proyectada y un estimado de inflación basado en el Indice de Precios al Consumidor (IPC). Cuando se incluye la inflación la caída del PNB sería de alrededor de 4%, según varios economistas. Si las proyecciones han sido revisadas, entonces la contracción estaría más cerca del 5%.