Agencias
Las agencias clasificadoras de deuda, Standard & Poor’s (S&P) y Fitch, han bajado la calidad crediticia de 15 bancos españolas, entre las que se incluyen BBVA y Santander, a las que ambas agencias han recortado la nota un escalón.
El castigo masivo de la agencia de calificación al sector bancario español se debe a la reducción en las perspectivas de crecimiento, así como al agotamiento que experimenta el mercado inmobiliario y a las turbulencias de los mercados de capital. Por todos estos factores S&P ha bajado la nota al sistema financiero español hasta ‘grupo 4’, desde ‘grupo 3’, dentro de la escala del 1 al 10 que emplea la agencia para medir la fortaleza del sector en función del riesgo país. Tras esta rebaja, el sistema financiero español tiene la misma categoría que el de países como la República Checa, Israel, Corea, México y Eslovaquia.
El mayor castigo al sector bancario proviene de S&P, que ha recortado la calificación de la deuda a largo plazo de Santander, BBVA, Bankinter, Banco Sabadell, Ibercaja, BBK, la Kutxa y la patronal de las cajas (CECA). Fitch recorta la calificación a Santander, BBVA, Sabadell, Banesto, Popular, Caixabank, Guipuzcoano y la Caixa, por considerar que los bancos, generalmente, no deben tener una calificación mayor que el país donde está su sede.
En el caso de BBVA, los analistas de ambas agencias han recortado el ráting hasta ‘AA-‘, desde ‘AA’, con perspectiva negativa y confirman la calificación ‘a-1+’ a corto de la entidad. En el caso de Santander, S&P baja la nota al banco, así como a sus entidades subsidiarias Banesto, Santander Consumer y Santander UK, que pasan de ‘AA‘, desde ‘AA’ con perspectiva negativa. La agencia confirma la nota ‘A-1+’ a corto plazo. Fitch aplica la misma rebaja a la entidad presidida por Emilio Botín y a Banesto.
En su nota, S&P explica que en los próximos quince o dieciocho meses la corrección de desequilibrios en España seguirá teniendo un impacto negativo en el perfil de los bancos, “lo que supone más tiempo de los tres años en los que esperábamos que el sector financiero absorbiera el impacto del ciclo económico a la baja”.