Más de cinco años de una profunda recesión económica han cambiado el panorama de la industria de la construcción. Los bancos van a ser más estrictos a la hora de ofrecer financiamiento. Los cambios demográficos apuntan también a cambios en las necesidades de las familias. Ya nada volverá a ser como antes y para hacer frente al futuro los constructores de viviendas van a tener que cambiar su forma de trabajo y ser creativos. El futuro está en las vivienda de interés social, la vivienda de alquiler y en el mercado externo y turístico. Estos son algunas de las conclusiones que se desprende de un estudio realizado por la firma Advantage Business Consulting, y que presentó el economista Juan Lara durante la convención anual de la Asociación de Constructores de Hogares.
“No podemos pensar simplemente en recuperar el terreno perdido desde mediados de la década pasada y regresar a los mismos estilos de negocio de antes de la crisis, la industria de la construcción de viviendas en Puerto Rico se tiene que reinventar”, señaló Lara.
Puerto Rico como sociedad tiene que tener un nuevo modelo para atender el área de la vivienda y los cambios tendrán que girar alrededor de los siguientes factores: la nueva demografía de Puerto Rico; los gustos y aspiraciones de una nueva generación; el paso de la exuberancia a la sobriedad en el sistema financiero; la presión creciente de los costos; la necesidad de desarrollar nuevos mercados; el reto creciente de la vivienda de interés social; y la presión para optimizar los recursos escasos del Gobierno.
Por otro lado está el tema de la vivienda de interés social, que adquiere un mayor peso que hace unos años y que ahora se convierte en un tema urgente.
Los cambios demográficos, con un ritmo de crecimiento poblacional más lento, incide en la tasa de formación de hogares que es la base fundamental de la demanda de viviendas. Peor no es sólo que se forman menos hogares, es que los que se forman son diferentes. Hay más hogares formados por una sola persona, que puede ser un joven que acaba de entrar en el mercado labora, un envejeciente o parejas sin hijos. Eso significa que la casa típica del futuro va a ser diferente y no puede seguir siendo una cada de tres habitaciones.
También hay cambios en cuanto a dónde se construye, porque muchos de estos nuevos hogares quieren vivir cerca de los centros urbanos. “No quieren la casa de sus papás, quieren otra cosa”.
La demanda está cambiado, pero también la oferta, donde hay una presión creciente en los costos. Lara advierte que los altos precios en los materiales que se utilizan en la construcción de viviendas van a persistir mientras las economía de China e India sigan creciendo a un fuerte ritmo.
Los incentivos que ha estado ofreciendo el Gobierno para impulsar el mercado de vivienda han sido efectivos, opina Lara. Eso significa que hay demanda, hay gente que quiere comprar, “que tiene el ingreso pero necesita le ayuden un poco con el pronto. Eso lo que la efectividad de los programas nos está diciendo. Si los programas no funcionan es que la población de compradores potenciales está en la lona. Pero ese no es el caso”.
Los bancos abren la pluma, pero…
Un elemento central para la recuperación del mercado de vivienda es la normalización del crédito bancario. “Una de las razones por las que esta recesión ha sido tan severa es porque hemos vivido un periodo de ‘credit freeze’ durante cinco años, y eso ha afecta a la construcción”.
Lara dice que los bancos ya está en condiciones de empezar a prestar, pero los criterios que van a usar los bancos serán mucho más estrictos. “Eso va a afectar a toda la industria, que depende del crédito”.