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Por Luisa García Pelatti

Al 30 de junio del 2014, el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) tenía $10,347 millones en activos, 27.8% menos ($3,979 millones) que hace un año; y un déficit de $316 millones en activos netos, en comparación con los $2,372 millones de activos netos del 2013. El cambio se produce como resultado de una provisión para pérdidas en préstamos de $2,551 millones, lo que muestra el deterioro en la posición financiera del banco y las dificultades para seguir operando.

Los datos son parte de los estados financieros del banco correspondientes al año fiscal 2014, publicados ayer, y que ponen en duda la supervivencia del BGF si no obtiene “financiamiento adecuado” para el año fiscal 2017, lo que podría ponerlo en riesgo de sindicatura. Los términos de esta intervención fueron modificados recientemente por la Ley 21, que establece que será el Gobernador, y no un tribunal, el que nombre el síndico, que podría solicitar la creación de un “banco puente”.

La creación de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal, que dirige Víctor Suárez, suplantará al BGF como agente fiscal y asesor financiero del Gobierno.

Los préstamos al Gobierno constituyen una parte significativa de los activos del BGF, por lo que la condición financiera y la liquidez del banco dependían de que se pagaran esos préstamos, algo difícil de cumplir ante la severa crisis fiscal del Gobierno que ha desembocado en los recientes incumplimientos de pagos.  El 1 de mayo el Gobierno no pudo hacer frente al pago de $422 millones de las notas del BGF, aunque ha seguido pagando los intereses de esa deuda. En esa fecha llegó a un acuerdo con los tenedores de unos $900 millones en deuda del banco.

De los $6,249 millones en préstamos del BGF, unos $2,000 millones corresponden a la Autoridad de Carreteras. Además, los municipios tienen $2,200 millones en préstamos en el BGF.

Del total de préstamos, aproximadamente $3,600 millones se pagan con apropiaciones legislativas o contribuciones futuras, que se han visto afectadas por las restricciones presupuestarias debido a la crisis fiscal. En el presupuesto del año fiscal 2014 se incluyeron $291.3 millones de apropiaciones para el pago de esos préstamos, pero el BGF sólo recibió $30.1 millones. En el año fiscal 2015 recibió $153.9 millones. Mientras que en el presupuesto del año fiscal 2016 se incluyeron $18 millones para este concepto.

El principal problema está en el préstamo de la Autoridad de Carreteras y Transportación. Para poder pagar ese préstamo el Gobierno había aprobado algunas medidas, como un aumento en el arbitrio a los cigarrillos, el traspaso de los recaudos por conceptos de licencia de vehículos y un incremento en el arbitrio al petróleo. Estos ingresos iban a servir para pagar al BGF el préstamo de Carreteras, pero en diciembre de 2015, el Gobierno anunció su intención de utilizar estos recaudos para pagar otras deudas, por lo que el BGF tomó una provisión para pérdidas en préstamos de $2,504 millones.

Entre otros aspectos, el informe financiero destaca el estado del Fondo para el Desarrollo del Turismo, cuyos activos disminuyeron de $376 millones en el 2013 a $276 millones en el 2014, un descenso de $100 millones. En el año fiscal 2014, el Fondo originó $12.7 millones en préstamos al sector privado.