Por José E. Pérez*

La propuesta tan simplista para reestructurar la deuda gubernamental presentada por el grupo de trabajo indica que se han despilfarrado millones de dólares en asesores. La falta de credibilidad y transparencia financiera de esta administración continúa siendo un lastre para resolver los problemas financieros y fiscales que nos agobian. Pensé que iban a proponer ideas factibles y creativas. No puedo pensar cómo los bonistas van a aceptar una propuesta carente de mecanismos, que aseguren que el gobierno va a implementar en una forma permanente una reforma fiscal inquebrantable. Solo así se puede asegurar el pago de los bonos. En la propuesta solamente los inversionistas se sacrifican. Es tan fácil solicitarles a los inversionistas que descuenten una gran parte del principal de sus inversiones sin proveerles la seguridad que el remanente de sus inversiones están seguros. La junta de control local propuesta por el gobierno debe tener una participación significativa de parte de los tenedores de los bonos. A cualquier costo, tenemos que ponerle fin a la irresponsabilidad fiscal que ha prevalecido por los últimos 25 años.

Estimo que el gobierno tiene recursos para atender una parte importante de la deuda. Empecemos con el Banco Gubernamental de Fomento, el cual tiene por pagar cerca de $5,000 millones en bonos. El BGF tiene activos ilíquidos que podrían utilizarse para el pago de sus bonos. Podrían emitir nuevos bonos garantizados por la crudita para intercambiarlos por sus bonos existentes. Esto es factible ya que la Autoridad de Carreteras le debe al BGF sobre $2,000 millones en préstamos. También podrían emitir nuevos bonos garantizados por la deuda de los municipios y corporaciones públicas con el fin de intercambiar el remanente de los bonos existentes. Con la colateral y fuentes de repago podrían negociar mejores términos y condiciones.

Sigamos con los bonos de COFINA y la deuda constitucional (GO’s más la deuda garantizada). El monto de los bonos por pagar de COFINA y la deuda constitucional están cerca de $33,000 millones. Sería ideal consolidar la garantía constitucional de los GO’s con la fuente de repago de COFINA para emitir un nuevos bonos (refinanciar) en sustitución de los bonos de COFINA y la deuda constitucional existentes. Podrían emitirse cuatro series de bonos para reflejar el diferencial en intereses y garantías de los bonos existentes. Los bonos que se intercambien por los COFINA seniors conllevarían la tasa de interés más alta, siguiendo los COFINA subordinados, luego los GO’s y por último la deuda garantizada. En este caso, tendríamos lo mejor de los dos mundos respaldando los nuevos bonos: la garantía constitucional y la fuente de repago del IVA. Solamente tendríamos que buscar la manera de proteger constitucionalmente la deuda de COFINA.

Con los bonos del BGF, COFINA, AEE, AAA solucionados, quedarían cerca de $23,000 millones en bonos por resolver. Estos bonos conllevan el mayor grado de riesgo para los bonistas. Se emitieron a tasas de interés muchas altas para compensar a los inversionistas por el riesgo que estaban expuestos. Estos son los mejores bonos para reestructurarse. Cada emisión debe analizarse a la luz del “Trust Indenture” considerando cualquier colateral y fuente de repago establecida. Una vez se tengan todos los elementos legales, de riesgo y de mercado, se podría diseñar un plan de reestructuración para cada emisión.

Existen otras opciones y fuentes de pago creativas que mejorarían las finanzas del gobierno para atender la deuda sin que se afecte el principal de los inversionistas. Para mejorar las finanzas de la UPR podrían redirigirse los $30 millones que la Lotería Electrónica envía anualmente a la Universidad para un fondo de becas. Con las becas federales no hay necesidad para más fondos de becas. Para contribuir al pago de los GO’s próximos a vencer, Hacienda podría privatizar los planes de pago con el fin de monetizarlos. Una vez monetizados (emitiendo participaciones) se le podrían ofrecer en pago a los tenedores de los GO’s que vencen. No hay cifras del monto de estos planes de pago en los libros de Hacienda, pero estimo de deben haber por lo menos $500 millones. Otra alternativa es reducir la tasa de interés a los tenedores de la deuda. Si la deuda tuviera una tasa de interés ponderada de un 6%, el bajarla a un 4% le ahorraría al gobierno $1,400 millones anuales. Para aliviar la liquidez del gobierno, se podrían proponer el alargar los vencimientos de la deuda que esta por vencer. Ninguna de estas ideas afecta el principal de la deuda.

Si el gobierno pretende que los inversionistas absorban una pérdida en principal por concepto de una reestructuración, primero tienen que probarles a los inversionistas que se han tomado todas las medidas fiscales disponibles para reducir los gastos gubernamentales. No creo que hayamos llegado a esa etapa. El mejor ejemplo fue el otorgamiento del bono navideño por $120 millones a costas de incumplir con algunos bonistas Todavía hay gastos, subsidios, becas y otros programas que pueden eliminarse. Si es que estamos en una situación tan precaria, hay que reinventar el gobierno para ser más eficiente. El propósito del gobierno es servir a ciudadanos y no a la inversa.

Gran parte del mega déficit actuarial en los planes de retiro se puede cubrir mediante la implementación de medidas que reduzcan gastos y traigan mayor eficiencia en la administración pública. No es razonable esperar que los inversionistas rescaten al gobierno gratuitamente. Si no hubiera otra alternativa que reestructurar la totalidad de la deuda, los inversionistas que sufren reducciones en el principal de sus bonos tienen todo el derecho en exigir una participación en la preparación y aprobación del presupuesto del gobierno.

  • El autor es analista financiero.