Por José E. Pérez*

A pesar de la incertidumbre y pesimismo que prevalece en nuestro ámbito económico, existen algunos elementos que están compensando positivamente la economía. En primer lugar me refiero a la vertiginosa caída del precio de crudo. Durante el año 2014, el promedio anual del precio del “Brent” fue de $99 por barril. El precio promedio mensual máximo durante ese periodo fue de $109 para el mes de mayo y su promedio mensual mínimo fue de $62 para el mes de diciembre.

Durante el año 2015, el promedio anual del precio del “Brent” bajó a $52 por barril. Esa baja promedia $47 anuales por barril. Si estimamos que el consumo anual del crudo en Puerto Rico es de aproximadamente 60 millones de barriles, nuestra economía debe haber tenido un alivio de cerca de $2,800 millones. Sabemos que las reducciones en precio de los productos se le pasan al consumidor lentamente. No obstante hemos visto como el precio del kilovatio hora de electricidad se ha tenido una reducción de aproximadamente 42% de su punto más alto. La reducción en el costo de energía eléctrica permea a todos los rincones de nuestra economía. La Autoridad de Energía Eléctrica (la cual es el mayor consumidor del crudo) también se ha beneficiado significativamente, pues los subsidios que tiene que ofrecer por Ley son mucho menos costosos.

Otro elemento positivo es la expiración de la dispensa de contribuciones sobre la propiedad otorgada por cinco años a los compradores de vivienda nueva desde el 2009. Muchas de esas propiedades inicialmente exentas han empezado o empezarán a pagar contribuciones sobre la propiedad. Los municipios donde existía el mayor número de vivienda nueva a la venta serán los más beneficiados.

Las nuevas iniciativas para combatir la evasión contributiva que están siendo implementadas por el Secretario de Hacienda deben rendir frutos, tanto en un aumento en recaudos como en una visión más positiva hacia Hacienda. Si se mejora efectivamente el control de la evasión tendremos una mejor distribución de la carga contributiva. Solamente faltaría el mejorar la administración de los planes de pago, los cuales deberían estar manejados por la banca privada. De esa manera en un futuro podrían monetizarse para mejorar la liquidez del gobierno. Estas iniciativas deben ser bien recibidas por los bonistas y las casas acreditadoras.

Por primera vez en décadas, con mucho sacrificio, el monto de la deuda gubernamental ha disminuido. Aunque ha sido penoso el lograrlo, tenemos que reconocer no tenemos otra alternativa ante nuestra falta de acceso a los mercados de capital. Si estos elementos que he señalado prevalecen para el 2016 auguro una mejoría económica y fiscal. Recientemente el precio del crudo anda por debajo de $30 dólares por barril lo cual representa un alivio adicional.

  • El autor es analista financiero.