La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió este sábado que “los acontecimientos de este verano indican que hemos entrado en una nueva y peligrosa fase”, cuyos principales problemas son la “deuda soberana en Europa” y la necesidad de “equilibrio fiscal” en EEUU.
Lagarde alertó de los riesgos de que la “frágil recuperación” de la economía mundial “descarrile”, en su intervención en la reunión informal de la Reserva Federal y otros bancos centrales en Jackson Hole, en Wyoming, en el centro de EEUU.
A juicio de la directora gerente del FMI, la economía mundial se enfrenta a riesgos “crecientes” y las “opciones de medidas” de apoyo son “más reducidas que antes”. “Algunas de las principales razones de la crisis de 2008 han sido abordadas, pero no de la manera adecuada”.
Estos riesgos “se han visto agravados por el deterioro de la confianza y el sentimiento creciente de que los responsables políticos no tienen la convicción, o simplemente la voluntad, de tomar las decisiones necesarias”.
Lagarde sostiene que, aunque la reducción del déficit “sigue siendo un imperativo”, las políticas macroeconómicas “deben apoyar el crecimiento”. Las políticas monetarias deben también seguir siendo muy dúctiles, ya que el riesgo de recesión es mayor que el riesgo de inflación” en las principales economías avanzadas.
Respecto a EEUU, Lagarde recomendó a las autoridades “un equilibrio justo entre reducir la deuda pública y respaldar la recuperación, sobre todo confrontando seriamente el desempleo a largo plazo”.
Además, Lagarde advirtió sobre “la necesidad de parar la espiral descendente de ejecuciones hipotecarias, caída de precios de la vivienda y deterioro del gasto de los hogares” en EEUU. “Debemos actuar ahora, y habrá que hacerlo con visión, valentía y en el momento adecuado”, enfatizó.
Precisamente, este sábado el presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, han mantenido una conversación telefónica sobre la situación de la economía mundial, la crisis en la zona euro, los recientes sobresaltos en los mercados financieros y el proceso de paz en Oriente Medio.
Los dos “se mostraron de acuerdo en la importancia de una acción conjunta, incluido a través del G20, para atajar los actuales desafíos económicos y alentar el crecimiento y la creación de empleos en la economía global”, explica el comunicado emitido por la Casa Blanca tras su conversación.