Por Luisa García Pelatti
“La deuda pública, considerando el nivel de actividad económica actual, es impagable. Pero además, el tamaño de esa deuda nos impide salir del ciclo de recesión y contracción”, dijo el gobernador Alejandro García Padilla en un mensaje transmitido por televisión e Internet, en el que anunció que ha creado un grupo que se encargará de negociar con los acreedores para “posponer por un número de años los pagos de la deuda”.
El Gobernador reconoció lo que había negado hasta ahora, que no puede pagar la deuda. “No es cuestión de política sino de matemática” dijo en un mensaje que ya había adelantado a The New York Times antes de comunicárselo a los ciudadanos, en una sorpresiva estrategia de comunicaciones.
Pidió sacrificios a acreedores y a la población, pero no mencionó medidas concretas, y manifestó no estar de acuerdo con todas las propuestas contenidas en el informe Krueger, como la reducción en el salario mínimo y recortes en lo que se invierte en educación.
La negociación para alcanzar “una moratoria negociada con los bonistas” estará a cargo del llamado “Grupo de Trabajo para la Recuperación Económica”, compuesto por Víctor Suárez, Secretario de la Gobernació; Melba Acosta, presidenta del Banco Gubernamental de Fomento; César Miranda, Secretario de Justicia; Eduardo Bhatia, presidente del Senado; y Jaime Perelló, presidenta de la Cámara de Representantes. El Gobernador destacó que la negociación se hará “con transparencia y consenso”.
“No estamos reestructurando la deuda en un vacío. Todas las medidas que tomamos en estos últimos dos años demuestran nuestra voluntad de pagar y, de no haberlas tomado, no estaríamos en posición hoy de reclamar la reestructuración. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestro poder, pero, según demuestra el informe, el próximo paso tiene que ser lograr términos más favorables para el pago de nuestra deuda. Compartiendo el sacrificio con los acreedores, podremos salir adelante”, señaló el gobernador.
Insistió en que “Puerto Rico no tiene la capacidad de continuar pagando conforme a los términos actuales”, que ni aumentando más los impuestos y recortando los gastos se lograría pagar la deuda y que la situación actual “no le conviene a quienes nos prestaron y no nos conviene a nosotros”. Habló de que el sacrificio debe ser compartido por los bonistas que dijo “son co-partes en la responsabilidad de nuestra deuda”.
Propone un plan de responsabilidad fiscal a largo plazo dirigida a:
- Establecer los parámetros para un plan de ajuste fiscal a cinco años;
- Proponer reducciones adicionales en el gasto – incluyendo recortes en algunos servicios. De esta forma, insistiremos en evitar aumentos en las contribuciones;
- Aumentar la captación de recaudos en función de una reestructuración operacional de Hacienda;
- Promover alianzas con la empresa privada para la provisión de algunos servicios que hoy provee el sector público, como los exitosos modelos del puente Moscoso, el aeropuerto y el expreso de Arecibo;
- Hacer cambios radicales en la forma en que se trabajan las finanzas del gobierno y las estadísticas sobre la economía, para proveer mayor transparencia y credibilidad;
- Garantizarle al ciudadano la provisión de servicios esenciales y al pensionado un sustento digno, y;
- Crear una Junta Fiscal que, fuera de líneas partidistas, garantizará continuidad y el cumplimiento con los compromisos que asumamos en este proceso de reestructuración. Esta Junta deberá descargar su responsabilidad de forma ininterrumpida y fuera de los ciclos electorales.
El Grupo de Trabajo tendrá hasta el 30 de agosto para desarrollar un plan que pueda ser aprobado en la sesión legislativa que comienza a mediados de agosto.
Además, propone reclamar en Washington que se aprueben los cambios al capítulo 9 de la Ley de Quiebras, igualdad de condiciones en los fondos de Medicare y que se excluya a Puerto Rico de las leyes de cabotaje.
“Sé que no es fácil. Pero sé también que no tenemos otra alternativa y que estos sacrificios compartidos nos pondrán en el camino de la recuperación”, aunque reconoció que esa recuperación tomará años.
“Este no es momento para recriminaciones. No es momento para que quienes cogieron prestado se quejen cuando se toman las medidas necesarias para atender la deuda. No es momento para que pensemos en las elecciones del año próximo. No es momento para el partidismo. Es momento para el patriotismo. Es momento de acción inmediata y de unidad”.
Y añadió que “no vamos a permitir que la pesada carga de la deuda heredada nos arrodille. No podemos permitir que nos obliguen a escoger entre pagarles a policías, maestros y enfermeras, o pagar la deuda”.
El anuncio de que Puerto Rico va a reestructurar su deuda pública coincide temporalmente con el agravamiento de la crisis de deuda que vive Grecia, lo que hace inevitables las comparaciones entre ambas economías.