Barack Obama

Por redacción de Sin Comillas

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechó su mensaje anual sobre el Estado de la Unión para presentar su propuesta para reducir la desigualdad de ingresos. Quiere que las 100 compañías más grandes de Wall Street (bancos, fondos, brokers y aseguradoras) y los más ricos (el 0.001% de la población) paguen más impuestos para que las clases medias y bajas paguen menos. El objetivo es recaudar $320,000 millones en 10 años para ayudas a la contratación de planes de pensiones privados por las personas de ingresos medios y bajos y ayudas a pymes y a jóvenes para que vayan a “community colleges”.

Y todo esto lo hemos sabido antes del mensaje, durante semanas, Obama ha ido filtrando lentamente detalles de su plan, con el objetivo de que las ideas se pudieran ir entendiendo poco a poco en lugar de todas a la vez. Una estrategia completamente diferente a la que está utilizando el Gobierno de Puerto Rico, que ha decidido que no se sepa nada de la reforma contributiva hasta el final.

Pero volvamos al plan de Obama, que, por otro lado, tiene muy pocas posibilidades de que se apruebe. El Partido Republicano controla el Congreso, las grandes empresas financieras y las 30,000 personas más ricas del país, que son las afectadas por el plan, tienen suficiente poder para evitar que se apruebe.

Uno de esos 30,00o perjudicados, según explica The Washington Post, sería Mitt Romney, candidato republicano a la Casa Blanca en 2008, 2012 y, tal vez, en 2016. En 2012, Romney declaró que tenía entre $190 y $250 millones en activos, que incluye una Cuenta de Retiro Individual (IRA, según sus siglas en inglés) de entre $20.7 millones y $101.6 millones. Una cifra sorprendente, si tenemos en cuenta que sólo se pueden realizar aportaciones de un máximo de $6,500 anuales a estas cuentas.

La propuesta de Obama quiere eliminar las lagunas que le han permitido a Romney y a otras 300 personas “extraordinariamente ricas” acumular más de $25 millones cada uno en cuentas IRA.

Esas lagunas permiten que 314 personas hayan puesto en sus IRAs activos a precios ridículamente bajos, que al ser computados a valor de mercado valen mucho más. Ahora se quiere limitar la cantidad máxima que se pueda tener en una IRA a $3.4 millones.

La propuesta de Obama también quiere evitar que las grandes fortunas utilicen el “Ángel de la Muerte”, una disposición que permite que las plusvalías tengan un tratamiento fiscal muy favorable en las herencias y lleguen a quedar exentas de imposición. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (GAO, por sus siglas en inglés), el Ángel de la Muerte le cuesta a las arcas de Estados Unidos alrededor de $16,000 millones anuales.