Por Luisa García Pelatti
La tasa de ahorro de las familias, que había aumentado en lo peor de la crisis económica, ha vuelto a caer a niveles negativos. La explicación: que pese a que las familias están en un proceso de desendeudamiento, el consumo ha vuelto a dispararse.
O dicho de otra manera. La crisis obligó a las familias a ahorrar, pero en cuanto han empezado a percibir que lo peor de la crisis económica quedó atrás, las familias no han esperado a que la economía se recupere para volver a consumir por encima de sus posibilidades.
El comportamiento de las familias demuestra que ante el temor de perder el empleo o sufrir una reducción de ingresos, la gente es capaz de reducir sus gastos y ahorrar. Pero es incapaz de mantener esa capacidad de ahorro durante un período prolongado de tiempo. El ahorro personal tiene un comportamiento anti-cíclico, en cuanto la economía deja de caer, la tasa de ahorro vuelve a terreno negativo.
La tasa de ahorro fue negativa entre los años 2004 y 2008. La tasa cayó a -4.9% en el 2006, volvió a caer a -4.4% en el 2007, según datos del Informe Económico al Gobernador del 2013, publicado por la Junta de Planificación.
La tasa de ahorro regresó a niveles positivos en el 2009. Las familias puertorriqueñas fueron capaces de reservar 1.8% de su ingreso disponible ese año, un porcentaje que se antoja bajo, pero que es el mayor en una década. En el 2010, la tasa de ahorro fue de 0.6% y subió a 1.0% en el 2011.
Los dos últimos años disponibles, la tasa de ahorro ha vuelto a ser negativa: -1.5% en el 2012 y -2.3% en el 2013. El resultado se debe a que mientras los ingresos han crecido 1.6%, los gastos lo han hecho a un ritmo de 2.4%.
El comportamiento de la tasa de ahorro en Puerto Rico es diferente del de otros países, donde la tasa de ahorro está directamente relacionada con el crecimiento económico.
Aquí, un aumento en el crecimiento económico provoca un aumento en los ingresos, pero el consumo crece a un ritmo menor, lo que mantiene la tasa de ahorro en negativo o en el mejor de los casos cerca de cero.
En los últimos 10 años los ingresos crecieron un 15.0%, mientras los gastos subieron 18.4%.
La deuda de los consumidores (no incluye deuda hipotecaria) disminuyó 1.0% en el 2013, hasta $22,350 millones. Este es su nivel más bajo en los últimos tres años.