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Agencias
El Tribunal Supremo de Estados Unidos mantiene la sentencia que establece que Argentina no podrá seguir pagando a la mayoría de acreedores que aceptaron la reestructuración de la deuda en 2005 y 2010, tras la suspensión de pagos de 2001, si antes no le paga a los que no aceptaron la reestructuración, los llamados fondos buitre y otros inversores más. El país debe realizar un pago de $903 millones de deuda el día 30 de este mes. El Gobierno de Buenos Aires afirma que no tiene reservas suficientes para hacer frente a ambos compromisos.
Argentina tiene 25 días para pedir al tribunal que vuelva a revisar el caso. La suspensión de pagos de Argentina en 2001 ha sido la mayor de la historia, unos $95,000 millones.
La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos supone un duro golpe para Argentina, que deberá decidir entre pagar a los fondos buitre o caer en suspensión de pagos de la deuda reestructurada bajo legislación de Nueva York, que equivale a $25,000 millones. La decisión puede afectar futuras reestructuraciones de deuda de otros países.
La demanda fue iniciada por dos de los llamados fondos buitre, NML y Aurelius, que compraron bonos argentinos en 2001 y 2002 a bajo precio y que desde 2003 reclaman en la justicia que Buenos Aires les pague el 100% del valor de esos títulos. Ambos fondos y otros acreedores, incluidos inversores argentinos, rechazaron la propuesta de quita de la mitad del pasivo que ofrecieron en 2005 y 2010 los Gobiernos de los Kirchner, que argumentaban que el sobreendeudamiento había hundido a su país y tornaba impagables las obligaciones anteriores. La mayoría de los tenedores de bonos aceptaron, canjeó el 93% de la deuda, pero el restante 7% quedó sin reestructurar y en litigio judicial. Dos tercios de ese pasivo no refinanciado habían sido emitidos en EE UU y por eso es que allí se dirime el caso.
NML ha sido el fondo más agresivo en la disputa. Su máximo responsable, Paul Singer, es un destacado donante del Partido Republicano de EEUU. Singer obtuvo su fortuna fundamentalmente gracias a su habilidad para comprar deuda en suspensión de pagos y venderla más cara o llevar a los tribunales al emisor, como está haciendo con Argentina. Un grupo de ex empleados de NML-y su matriz, Elliott Management-tambien tiene deuda argentina a través del vehículo de inversión Aurelius Capital Management.