Por Luisa García Pelatti
¿El Gobierno sabe exactamente cuántos créditos tiene emitidos? ¿Son efectivos los subsidios? ¿Las exenciones aumentan la evasión? Los créditos y exenciones que el gobierno establece con las empresas ¿deben ser documentos públicos?
Algunas de estas interrogantes y algunos otros temas se plantearon hace unos días durante la conferencia de política contributiva y asuntos fiscales organizada por el Colegio de Contadores Públicos Autorizados.
“No sabemos exactamente cuántos créditos hay emitidos”, señaló economista Ramón Cao. Mientras que Teresita Fuentes, socia de la firma Ernst & Young, se cuestiona “hasta qué punto hay que mantener los incentivos”.
“En el agregado, los incentivos no incentivan las inversiones”, opina Cao, quien explicó que Puerto Rico es una economía insular que tiene características muy peculiares y donde los cambios estructurales se producen a una gran velocidad. “Pero cuando nos empeñamos en planear los detalles, la fastidiamos. Nos empeñamos en dar subsidios a cosas que no son sostenibles. Cao explica que en el mercado interno no competimos con nadie, por lo que no hay que dar incentivos a nadie.
Durante la conferencia se generó un debate sobre si los incentivos o decretos que negocia el gobierno con la empresas deben ser documentos públicos.
A Sergio Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía, le gustaría saber por qué se dan tratos preferenciales a las industrias, “¿cómo se toman estas decisiones y cuáles son los beneficios?. “¿Cuánto nos costó lo de Luftansa? Mientras más transparencia haya, mejor”, dice.
Juan Acosta Reboyras, abogado y CPA, dice que los decretos de exención son documentos públicos. Defiende que se conozca la información porque eso le da credibilidad al sistema.
Por otro lado, Teresita Fuentes está en contra de la divulgación. Dice que se podría estar divulgando información competitiva de una compañía. “No es razonable que la información contributiva de una persona sea pública”, opina Cao.
Patente Nacional
Sobre la patente nacional, Cao, que es experto en contribuciones, comentó que funciona muy bien para resolver una crisis de corto plazo, “pero Puerto Rico no está en una crisis de corto plazo. Estamos en un proceso de contracción de la economía”.
“Nos hemos empeñado en planificar la economía en cosas que son insostenibles. La economía reventó y no la dejamos que se mueva. No podemos pretender que tenemos repuestas para todo porque no las tenemos de verdad y metemos la pata con una capacidad infinita con la mejor intención”, añadió el economista.
Sobre la conveniencia de crear una comisión para realizar una forma fiscal y contributiva, opinó que “una comisión es muy buena idea cuando estamos bregando con una situación de corto plazo. “Si hubiésemos hecho eso en 2006 y 2007 tendríamos más o menos enderezado el sistema fiscal, pero ya las dos cosas hicieron crisis”.
En torno a la necesidad de ofrecer un trato contributivo diferencial al ingreso pasivo, Cao señaló que “no veo ninguna diferencia entre un dólar que alguien se gane en empleo normal y el que se gane con una propiedad. Los dos dólares dan la misma capacidad de consumo”.
En ese sentido, cree que el ingreso pasivo debe tributar a tasas regulares, con exención de las ganancias de capital, que deben ser ajustadas por inflación y después deben tributar a tasa regular.
Y aunque algunos platearían que los dividendos van a estar sujetos a doble tributación, Cao explica que también el salario está sujeto a doble tributación y “nadie se ha rasgado las vestiduras pro eso”.
“Lo que debemos verificar es que la tasa combinada en ambos casos sea comparable”.
Pagar la MasterCard con la Visa
En torno a la necesidad de renegociar la deuda. Cao comentó “renegociar la deuda significa seguirle pasando la bola a generaciones futuras y cada vez más futuras. No es algo heroico, glorioso y buenísimo. Es como pagar la MasterCard con la Visa. Es seguir hundiéndonos como nos hemos estado hundiendo”.