Por Elías R. Gutiérrez*
El Senado de Puerto Rico no dará paso a la aplicación del impuesto a la venta y usos a los servicios canjeados por vía de transacciones entre negocios. Así lo ha dejado saber el Presidente de ese cuerpo parlamentario. Se aducen dos razones: que la propuesta había sufrido ya de tantas enmiendas que su capacidad recaudadora había menguado significativamente y el que efecto sobre la economía sería detrimental. Los más de $1,000 millones anuales de recaudación adicional tendrán que producirse por otra vía.
La determinación del Presidente del Senado es correcta. Ahora será necesario evitar que lo que surja finalmente del proceso legislativo sea un monstruo inmanejable por su complejidad, ineficiente y pletórico de agujeros y exclusiones.
El gobierno de Puerto Rico se encuentra en una situación definitoria. Su crédito está en juego. Aunque resolver la crisis fiscal no resolverá, de por sí, la incapacidad para el crecimiento de la economía, es una gestión previa e indispensable. De no hacerse, no habrá forma de reconstituir la plataforma de infraestructura productiva. El crecimiento de la producción no será posible y el estancamiento del estándar de vida se convertirá en una espiral viciosa que arrastrará al país a una verdadera crisis económica y social.
La solución que se encuentre será sub-optima. Siempre lo son en materia de tributos. El Senado anuncia que consistirá de medidas temporales a implantarse mientras se encuentra una solución permanente. En ese sentido he propuesto durante muchos años lo que entiendo necesario para Puerto Rico. Sugiero la misma como el sistema que se tratará de alcanzar al final de el período inmediato. El objetivo de largo plazo deberá ser incluido en la ley desde ahora. Esta propuesta requerirá un pacto entre los dos partidos políticos principales. Paso a enumerar a continuación los elementos clave de mi propuesta.
- Establecer un impuesto al consumo en su modalidad conocida como impuesto al valor añadido (IVA). Este impuesto sustituiría el IVU.
- Erradicar, o reducir a una tasa muy baja e igual para todos los contribuyentes, el impuesto al ingreso de los individuos.
- El gasto de consumo del gobierno será congelado al nivel real del presupuesto corriente.
- El gobierno establecerá una prioridad absoluta en la financiación de la expansión y modernización de la plataforma de infraestructura eléctrica y de aguas potables usadas durante una década.
Las tasas que se aplicarían al IVA y al impuesto uniforme sobre ingresos en el nuevo esquema tendrán que ser calculadas para que rindan los recursos necesarios para cubrir la necesidad que impone el fondo general, y un margen adicional que permita el empuje en inversión anual necesario para poner en marcha el punto 4to arriba.
Esta propuesta va dirigida a lograr vencer el problema de fondo que tiene la economía de Puerto Rico para expandir su producción, generar puestos de trabajo y tomar control del crecimiento desbocado de un gobierno cuya dimensión ya no podemos soportar.
* El autor es director de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico.