Por Luisa García Pelatti
El 17 de enero de 2012 se aprobó la Ley 22, “Ley Para Incentivar el Traslado de Individuos Inversionistas a Puerto Rico”, que otorga exención contributiva a las personas que se conviertan en residentes de Puerto Rico. No habíamos sabido nada más de la ley, hasta ahora.
De pronto, todos los medios de comunicación de negocios hablan de Puerto Rico. Que se haya sabido que el multimillonario John Paulson, presidente del fondo de inversión de riesgo Paulson & Co, está considerando mudarse a Puerto Rico ha desatado una ola de artículos (“Why’s Puerto Rico’s Attractive as a Tax Haven”, “Paulson eyes Puerto Rico tax haven move”, “Paulson Said to Explore Puerto Rico as Home With Low Tax”, o “Billionaires should beware of Puerto Rico“). ¿Por qué ahora?
El Secretario de Desarrollo Económico, Alberto Bacó, explica que tienen planes de empezar a dar a conocer la medida mediante una campaña publicitaria en revistas especializadas. Pero todavía no han empezado. “Estoy creando un ejército de promoción”. Bacó se refirió a los resultados de esta iniciativa como “la segunda ola de Operación Manos a la Obra”.
Uno de los generales de ese ejército, podría ser Barry Breeman, co-fundador de Caribbean Property Group, que se ha convertido en residente de Puerto Rico este año, aunque lleva haciendo negocios en la Isla desde hace más de 10 años. Breeman estuvo en una entrevista de Bloomberg hablando de la medida
Caribbean Property Group se dedica a la compra y venta de propiedades. Entre otros proyectos, es la propietaria de Paseo Caribe y co-propietaria en otros proyectos como Metro Plaza. La empresa también ha adquirido carteras de préstamos de morosos de los bancos. La transacción más reciente fue con Banco Popular.
Breeman dice que hay muchos “hedge funds” mudando sus operaciones a Puerto Rico. El Secretario de Desarrollo Económico habla de 40 empresarios que han radicado documentos y están buscando firmas de abogados, CPAs, escuelas y viviendas. “No damos abasto con las llamadas”.
Breeman explicó que las escuelas son buenas, los puertorriqueños son bilingües y existen buenas conexiones con Nueva York, Miami y Chicago. “La ida es convertir a Puerto rico en el próximo Singapur”.
El inversionista destaca que estos incentivos sólo se podrían eliminar de dos formas: con la estadidad o con la derogación de la ley, dos opciones que se considera muy poco probable que ocurran.