Por Luisa García Pelatti
“Está bien claro, después de dos años de experiencia, que el IVU (Impuesto sobre Ventas y Uso) ha sido una decepción. Que realmente no ha funcionado como se pensaba que iba a funcionar. No ha sido el impuesto eficiente y efectivo que se pensaba que iba a ser cuando se diseñó”. El economista Juan Lara reaccionó así a preguntas de la audiencia durante el Foro de Construcción del Colegio de Contadores Públicos Autorizados, celebrado el viernes.
“Tenemos que buscar un impuesto mayor porque el IVU no crece”, apuntó el economista José Alameda, que propone analizar la posibilidad de eliminar el IVU.
La falta de efectividad del IVU ha llevado al gobierno a hacer modificaciones para hacerlo funcionar que se han convertido en “parchos”.
Según Lara, el IVU tiene problemas de captación, pero también de diseño. El problema de diseño tiene que ver con las exclusiones y las excepciones.
Según un estudio realizado en el 2004, un arbitrio sin exclusiones y deducciones podría se podrían recaudar $2,000 millones.
En el año fiscal 2012, se recaudaron $1,142 millones por concepto de IVU, 3.1% más que en el 2010. El IVU está hipotecado. Más de la mitad (52%) de lo que se recauda se va a la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (COFINA), y sólo 48% de lo que se recibe va al Fondo General. La capacidad de utilizar los recaudos del IVU por parte del Gobierno es, por lo tanto, limitada, ya que está comprometido para el pago de deuda.
Y aunque los economistas, han dicho siempre que prefieren un Impuesto al Valor Añadido (IVA) en vez de un IVU, “en este momento sería muy problemático y tenemos cosas más importantes que hacer”, dice Lara.
“Lo que esto subraya es la importancia de que acabemos de hacer una reforma contributiva integral, en lugar de seguir poniéndole parchos”, señaló Lara.