
En 2025, las condiciones para ejercer el periodismo son “malas” en la mitad de los países del mundo
Por Redacción de Sin Comillas
Aunque las agresiones físicas contra los periodistas son el aspecto más visible de las vulneraciones a la libertad de prensa, las presiones económicas también representan un obstáculo. El indicador económico de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sigue cayendo en 2025 y alcanza un nivel crítico sin precedentes.
Este año la puntuación media de todos los países evaluados ha caído por debajo de los 55 puntos, el límite marcado para calificar la situación de la libertad de prensa como “difícil” y, por primera vez, las condiciones para el ejercicio del periodismo son “difíciles” o “muy graves” en la mitad de los países del mundo. Las condiciones son satisfactorias (“buenas” o “bastante buenas”) sólo en menos de uno de cada cuatro.
En 42 países, que representan a más de la mitad de la población mundial, la situación se considera “muy grave”: la libertad de prensa es inexistente y el ejercicio del periodismo es especialmente peligroso. Es el caso de Palestina, Uganda, Etiopía, Ruanda, Hong Kong, China, Corea del Norte, Eritrea, Kirguistán y Kazajistán.
En Estados Unidos, el segundo mandato de Donald Trump está provocando un alarmante deterioro de la libertad de prensa. En Argentina, el presidente Javier Milei estigmatiza a los periodistas y desmantela los medios de comunicación públicos. En Perú y El Salvador la libertad de prensa se ve debilitada por la propaganda y los ataques contra los medios críticos. México, el país más peligroso de América Latina para los periodistas, también registra un fuerte descenso en su indicador económico. En la parte baja de la Clasificación está Nicaragua, el país con peor puntuación de la región. Por el contrario, Brasil mejora sus resultados.
Europa, que encabeza la clasificación por regiones, está cada vez más dividida. La zona de Europa del Este y Asia Central registra la mayor caída en la puntuación global, mientras que la zona de la Unión Europea y los Balcanes obtiene la puntuación global más alta del mundo y amplía la brecha con el resto de regiones.
La situación empeora en Portugal, Croacia y Kosovo, entre otros. Noruega, el único país del mundo que obtiene una “situación buena” en los cinco indicadores que componen la Clasificación, mantiene su primer puesto por noveno año consecutivo y amplía su ventaja sobre los demás países. Estonia asciende al segundo lugar, seguida de cerca por los Países Bajos, que intercambian posiciones con Suecia (4º).
Empeora la situación financiera de los medios
Un factor, a menudo subestimado, que debilita profundamente a los medios de comunicación es su situación económica. Concentración de la propiedad, presiones de los anunciantes o de los accionistas, ausencia, restricción o asignación opaca de ayudas públicas son los principales económicos a los que se enfrentan los medios de comunicación. El informe llega a la conclusión que los medios se encuentran actualmente atrapados entre la garantía de su independencia y su supervivencia financiera.
“Garantizar un espacio mediático plural, libre e independiente requiere condiciones económicas estables y transparentes. Sin independencia financiera, no hay prensa libre», ha dicho Anne Bocandé, directora editorial de RSF. «Cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan. Cuando los periodistas se empobrecen, ya no tienen medios para resistir a los adversarios de la prensa, los pregoneros de la desinformación y la propaganda. Es necesario restaurar una economía de los medios que sea favorable al periodismo y que garantice la producción de información fiable, una producción necesariamente costosa. Existen soluciones, que deben aplicarse a gran escala. La independencia financiera es una condición vital para garantizar una información libre, fiable y al servicio del interés general”, ha añadido.
Cierres masivos
En 160 de los 180 países analizados por RSF, los medios de comunicación no logran alcanzar la estabilidad financiera, según los datos recopilados por la organización.
En casi un tercio de los países del mundo, el cierre de medios es constante, por la persistencia de dificultades económicas.
Hay 34 países que destacan por los cierres masivos de medios, que han disparado el exilio de periodistas en los últimos años. Este es especialmente el caso de Nicaragua, Bielorrusia, Irán, Birmania, Sudán, Azerbaiyán o Afganistán, donde a las dificultades económicas se suman las presiones políticas.
En Estados Unidos, donde el indicador económico ha perdido más de 14 puntos en dos años, regiones extensas se están convirtiendo en desiertos informativos. El periodismo local paga un alto precio por la recesión económica: más del 60% de los periodistas y expertos en medios encuestados por RSF en Arizona, Florida, Nevada y Pensilvania coinciden en que es “difícil ganarse la vida como periodista” y el 75% afirma que “la viabilidad económica de un medio de tamaño mediano es compleja”. Además, el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa.
El segundo mandato de Donald Trump ha agravado esta situación como ilustra el cese de la financiación de varios medios por parte de la Agencia de Estados Unidos para los Medios de Comunicación Globales (USAGM), entre ellos Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty. Más de 400 millones de personas en todo el mundo se han visto privadas, de la noche a la mañana, de acceso a una información fiable. Del mismo modo, la congelación de los fondos de cooperación que maneja la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), ha sumido a cientos de medios en una inestabilidad económica crítica, obligando a algunos de ellos a cerrar, especialmente en Ucrania.
Concentración de los medios
Esta coyuntura debilita aún más una economía de los medios ya de por sí maltrecha por el dominio de los llamados “GAFAM” (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) en la distribución de la información. Sus plataformas, mayoritariamente no reguladas, acaparan una parte cada vez mayor de los ingresos publicitarios que normalmente deberían sustentar al periodismo. La inversión total en publicidad en las redes sociales ascendió a $247,300 millones en 2024, lo que supone un aumento del 14% respecto a 2023. Las plataformas también contribuyen a la proliferación de contenidos manipulados o engañosos, intensificando los fenómenos de desinformación.
Además de esta pérdida de ingresos publicitarios, que erosiona la economía de los medios y les obliga a adaptarse, la concentración de la propiedad es otro factor que contribuye al deterioro del indicador económico en la Clasificación de la Libertad de Prensa y constituye una amenaza para la pluralidad del periodismo. En 46 países, la propiedad de los medios está muy concentrada, o en ocasiones totalmente en manos del Estado, según el análisis de los datos del ránking.
Desde Rusia, donde los medios están controlados por el Estado o por oligarcas cercanos al Kremlin, hasta Hungría, donde el Gobierno asfixia a los medios críticos mediante un reparto desigual de la publicidad estatal, pasando por países donde se utilizan leyes sobre la influencia extranjera para reprimir al periodismo independiente, como Georgia, la libertad de información se ve cada vez más entorpecida por condiciones de financiación opacas o arbitrarias. Este es también el caso de Túnez, Perú o Hong Kong, donde las subvenciones públicas se destinan a los medios progubernamentales.
En países bien posicionados como Australia, Canadá, República Checa y Finlandia, esta hiperconcentración es también motivo de preocupación. En Francia, una parte significativa de la prensa nacional está controlada por un puñado de grandes fortunas. Esta creciente concentración limita la diversidad editorial, aumenta el riesgo de autocensura y plantea serias dudas sobre la independencia real de las redacciones frente a los intereses económicos o políticos de sus accionistas.
De hecho, la injerencia de los propietarios no hace sino agravar la situación. En 92 países evaluados por la Clasificación, la mayoría de los encuestados señala la existencia de limitaciones frecuentes o sistemáticas de la independencia editorial de las redacciones por parte de los propietarios de los medios.