
Por Redacción de Sin Comillas
La economía mundial crecerá 2.8% este año, frente al 3.3% del año pasado, según los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI). A raíz de la imposición de aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el FMI pronostica menos crecimiento, más inflación, incertidumbre general, volatilidad en los mercados y un futuro difícil de anticipar.
“La economía global entra en una nueva era”, ha dicho Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del organismo, al presentar las perspectivas de la economía mundial durante las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que se celebran esta semana en Washington.
El crecimiento que prevé ahora el FMI para la economía mundial es el más bajo desde la pandemia y uno de los menores del siglo, con las excepciones de las recesiones globales de 2009 y 2020 y de la crisis de 2001 tras el estallido de la burbuja tecnológica.
Estados Unidos experimentará un fuerte frenazo, pasando del 2.8% del año pasado a 1.8% este año y 1.7% el año que viene, con una probabilidad de recesión del 37%.
El país que más sufre es México, al que la guerra comercial condena a la recesión, con una contracción de 0.3% este año tras crecer 1.5% el año pasado. China y Canadá, los otros dos grandes socios comerciales de Estados Unidos, ven sus previsiones recortarse 0.6 puntos este año, hasta unos crecimientos de 4.0% y 1.4%, respectivamente.
La Unión Europea crecerá 0.8% este año, Japón 0.6% y Reino Unido 1.1%. También sufren recortes en sus previsiones de crecimiento Brasil, India, Indonesia, Australia, Arabia Saudí o Nigeria.
La llegada de los aranceles ha puesto a correr a los economistas del FMI, que han tenido que completar en 10 días las nuevas previsiones, un análisis que suele tardar más de dos meses. Los cálculos no incluyen los acontecimiento más recientes como los mal llamados aranceles «recíprocos» y la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
“El sistema económico mundial bajo el cual han operado la mayoría de los países durante los últimos 80 años está siendo reconfigurado, lo que marca el inicio de una nueva era para el mundo”, sostiene Gourinchas. “Las normas existentes se ven cuestionadas, mientras que las nuevas aún no han surgido. Una serie de anuncios arancelarios por parte de Estados Unidos, que comenzaron a finales de enero con Canadá, China, México y algunos sectores críticos, culminaron con la imposición de gravámenes casi universales el 2 de abril. El tipo arancelario efectivo de Estados Unidos superó los niveles alcanzados durante la Gran Depresión, mientras que las respuestas de los principales socios comerciales elevaron significativamente el tipo global”, añade.
Incertidumbre e imprevisibilidad
“Ante la mayor incertidumbre sobre el acceso a los mercados —tanto los propios como los de sus proveedores y clientes—, la reacción inicial de muchas empresas será hacer una pausa, reducir la inversión y recortar las compras. Del mismo modo, las entidades financieras reevaluarán su oferta de crédito a las empresas hasta que puedan evaluar la exposición de estas últimas al nuevo entorno”.
Además, “la imprevisibilidad con la que se han ido desarrollando estas medidas también tiene un impacto negativo en la actividad económica y las perspectivas y, al mismo tiempo, dificulta más de lo habitual la formulación de hipótesis que sirvan de base para un conjunto de proyecciones coherentes y oportunas”, reconoce Gourinchas.
El FMI admite que los bancos centrales afrontan un dilema entre contener los precios y sostener la demanda. Les pide estar vigilantes ante el riesgo de un rebrote de las expectativas de inflación y en algunos casos será necesario bajar las tasas de interés para evitar una recesión.