Por Redacción de Sin Comillas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para suspender la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, que hasta ahora afectaba a los negocios en cualquier parte del mundo de las compañías con vínculos a Estados Unidos.

Las multinacionales de Estados Unidos son las primeras beneficiadas por esta decisión, ya que esta ley se ha aplicado para sancionar conductas indebidas en el extranjero, principalmente relacionadas con pagos a cargos públicos para conseguir licitaciones o tratos de favor en todo tipo de sectores.

La Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero llevaba en vigor casi medio siglo. Trump la haya derogado, pero sí la ha dejado en suspenso y ha pedido al Departamento de Justicia que establezca “directrices de aplicación revisadas y razonables”, que no obstaculicen la competitividad de las empresas estadounidenses en el exterior, según explicó la Casa Blanca en un comunicado.

Para la nueva Administración de Trump, esta ley sitúa a las empresas estadounidenses en una “situación de desventaja” frente a otras compañías, ya que les impide participar en prácticas que son “comunes entre los competidores internacionales”.