¿O fue una decisión propia de las cooperativas?

Opinión

Por Alberto L. Martín Rivera*

La salida de las empresas cobijadas por la sección 936 nos abrió las puertas a la crisis más grave en nuestra historia fiscal enferma y como resultado de políticas fiscales irresponsables por parte de las administraciones del gobierno sin excepción, llevándonos a una recesión económica que comenzó en el 2006. Se violaron los más elementales principios de sana y responsable gestión pública. Tanto así, bien recuerdo, que, en mayo de 2006, el gobierno cerró parcialmente, por casi dos semanas, facilitando las condiciones para la larga depresión.

Todas las administraciones desde 2000 al 2014 (y las anteriores) sobreestimaron el crecimiento de la economía de Puerto Rico. Para cada año fiscal entre el 2000 y el 2014, la Junta de Planificación sobrestimó el desempeño de la economía en un promedio anualizado de $7,919 millones con gastos de $9,638 millones. La deuda acumulada por déficit alcanzaba $25,784 millones.

Tengo que decir que hubo un intento, pero fallido, cuando se tomaron medidas ficticias, temporeras para 2007-09, porque las deudas no desaparecieron, no se cancelaron, sencillamente se postergaron, pues lo que se hizo fue no pagar a suplidores del gobierno, incluyendo a AEE, AAA, no se pagó el servicio de la deuda con el Banco Gubernamental de Fomento y los famosos refinanciamientos, posponiendo los pagos. Con las insuficiencias fiscales Jamás podrían cubrirse los gastos recurrentes. Usaron la deuda fiscal en forma irresponsable para cubrir los gastos no recurrentes por la insuficiencia mal presupuestada de ingresos recurrentes.

La crisis de liquidez del gobierno no se agudizaría para 2015-16, ese es el resultado de años de las malas proyecciones del fisco, concluyendo en el 2014 con la degradación del crédito a nivel “chatarra”, cuando el gobierno perdió el acceso a los mercados de capital y con el gran triunfo de la imposición de una Junta de Supervisión Fiscal, bajo la Ley Federal conocida como PROMESA.

En lugar de corregir estas políticas fiscales para ir saneando nuestra economía, todas las administraciones anteriores al 2014 siguieron adoptando las mismas políticas nefastas, creando así un déficit estructural permanente poniendo cargas insostenibles sobre nuestra economía.

Por otro lado, mientras la banca comercial local pasaba su peor momento histórico, su cartera de préstamos se redujo en un 25.2% entre el cierre de 2004 que contaba con $50,165 millones. Ya al cierre de 2015 la misma se había reducido a $37,540 millones cerrando con una morosidad aproximada de 13.82%.

Mantuvo una reserva a 2004 de $619 millones, la cual fue elevada al cierre de 2015 en $1,215 millones. Ante esta situación estratégicamente aumentó su colaterización elevando su cobertura para la cartera emproblemada de 1.22% cierre de 2004 a 3.24% cierre de 2015. Ante esta situación la banca cerró sus puertas.

Contrario a este movimiento, las cooperativas continuaban con sus puertas abiertas. Al cierre de 2004 presentaban un volumen en su cartera de préstamos por $3,683 millones con un cierre al 2015 de $4,667 millones, esto fue un aumento porcentual de 27% y una morosidad de 4.56%. De hecho, durante esa trayectoria histórica mantuvo un promedio en sus emproblemados de 5.12%. Su reserva al cierre de 2004 estaba en $76 millones y fue elevada a 2015 en $135 millones, manteniendo un promedio entre 2009-15 de $135 millones, esto por el buen control de su cartera emproblemada, o lo mismo una cobertura de 2.89%.

Mientras la banca cerraba las oportunidades de colocación para formalizar su morosidad, las cooperativas ofrecían a los clientes los servicios que posiblemente la banca no les brindaba. Mantuvieron una relación de préstamos a depósitos (Loan To Deposit) en 12 años con índice de 86% (esto es sin considerar las acciones). Es decir, mantuvieron su liquidez.

Esto se replica para los próximos 10 años en un aumento de un 49% con una morosidad al mismo período de 3.38%, mejorada para los últimos cinco años en 2.42%. Es decir, las cooperativas no han sido afectadas por el impacto de sus inversiones especiales manteniendo, su liquidez con un margen prestatario definido.

Es interesante observar que, en esta discrepancia, las cooperativas nunca redujeron la cartera de préstamos. La capacidad prestataria de las cooperativas nunca se ha perdido porque han logrado mantener una liquidez disponible para tal actividad. Por ejemplo, solamente sus depósitos “cuentas y certificados de ahorro” presentan un promedio en su balance desde el 2004 al presente de $1,464 millones.

Sin embargo, de la misma forma que el ambiente requería cuidado en la colocación, las colocaciones en inversiones requerían cautela por nuestra situación del déficit constante y el mal manejo administrativo del gobierno.

¿Qué impulsó entonces, a las juntas de directores con sus oficiales administrativos a la compra desmedida de estas inversiones bajo un panorama claramente deprimente?

Han señalado que realizaron sus inversiones porque tenían la confianza de que oficiales componentes de la Junta de directores de COSSEC se mantenían oficiales que estaban en el gobierno, o trabajaron con el gobierno y ellos debían saber lo que estaba pasando.

Cuando releo la carta circular 09-03 (22 de junio de 2009) no logro visualizar un ambiente de motivación de parte de COSSEC a las inversiones en el gobierno, como han dicho algunos comentaristas. Al contrario, en la mismo se da énfasis a la inversión siempre y cuando se cumpliera con los requerimientos de la Ley 255 y el Reglamento 7051.

Se indica que “las obligaciones de PR deberán estar clasificadas en una de las cuatro categorías más alta.” Se presenta la tabla de calificación por las agencias S&P, Fitch y Moody’s.

La carta circular indica bien claro que estos bonos bajo estas calificaciones no los exime del cumplimiento con las otras disposiciones de la Ley Núm. 255 y el Reglamento Núm. 7051 respecto a los límites de inversión. Es decir, interpreto que es una carta reglamentaria, no de motivación de compra.

Es interesante que la carta circular 2011-14 (24 de octubre de 2011) tuvo que aclarar aparentemente el tipo de bono a comprar, asegurándose que los mismo fueran “secured bonds” con el riesgo de crédito más bajo. Se aclara que de tener otros tipos de bonos deberán informarse como inversiones disponibles para la venta y seguir las normas del FASB 115. ¿Sabían, (solo pregunto) las cooperativas los tipos de bonos comprados y su ubicación en los libros de la cooperativa? ¿Por qué tal aclaración?

Creo que COSSEC cumplió al orientar a las cooperativas. El ejercicio de inversión es el riesgo operativo de la cooperativa no del emisor de las inversiones. Decimos riesgo porque existe la posibilidad de conllevar pérdidas. Cuando el inversionista compra sus instrumentos de inversión se enfrenta a dos posibilidades. Primero, los efectos del movimiento del mercado y después los problemas financieros internos del emisor que lo sacan del mercado. Recordemos que la inversión no es una dádiva de parte del inversionista, se hace con la expectativa de obtener beneficios, es una actividad comercial. Por lo tanto, las cooperativas debieron y deben conocer, primeramente, el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir y la capacidad para absorber pérdidas basado en sus reservas.

Observando y viviendo estos tiempos pasados cuando releo la carta circular 2012-02 (20 de marzo de 2012) para el “aumento en el por ciento de inversiones” creo observar cual fue la motivación de entrar en estas inversiones. Observamos en su lectura la preocupación de las cooperativas ante la caída en la producción y empleo, con efecto indirecto de aumentar los niveles de morosidad en las instituciones financieras, reduciendo los márgenes de ganancia. Es una preocupación genuina, pero hemos visto que las cooperativas crecían en sus préstamos con sus socios/clientes con un control de morosidad.

La alternativa de búsqueda de otros “altos ingresos” sería, entonces, la búsqueda de inversiones que tuviesen alto rendimiento que recompensara los ingresos por la alta morosidad y pérdidas del producto, según el ambiente del mercado. Pues se mira a la alta rentabilidad de los bonos del gobierno, que siendo más que un atractivo la tasa de interés, significa para cualquier inversionista versado una alerta de atención (“red flag”), ya que bien se sabe entre los inversionistas que entre mayor intereses mayor riesgo. Ante este mercado, obviamente el gobierno tiene que buscar los fondos y ofrece unas tasas sumamente atractivas, pero peligrosas, pues nos está diciendo las condiciones de fondo del gobierno.

Bajo esta motivación de alto rendimiento, logro entender, que se tomaron decisiones con resultados desastrosos, irónicamente más que si se hubiese aceptado el pago de contribuciones propuesta por el gobierno intimidantemente, según algunos comentaristas.

Aunque la carta en su primer párrafo establece las condiciones del mercado local. “De acuerdo “con” las cifras publicadas por la Junta de Planificación, el Producto Nacional Bruto de PR denota un decrecimiento desde el año fiscal 2007 hasta el año fiscal 2011. Este patrón es congruente con una recesión económica la cual, se caracteriza por una caída en la producción y el empleo” que repercute en los niveles de morosidad. Ante esta situación COSSEC decidió complacer a las cooperativas y autorizó aumentar la posibilidad de utilizar fondos disponibles en la compra de inversiones transformando la base de los recursos líquidos del 25%, ampliando el índice en un 30% a una base más amplia, los activos totales.

La amplitud del cambio fue de tal magnitud que, en promedio, podemos decir fue un cambio sobre 500% sin tener las reservas adecuadas para tan alto riesgo, ya teniendo unas pérdidas por menoscabos sobre $600 millones a 2013. Recordemos que mayores riesgos acarrean mayores requerimientos de capital, lo cual no se tomó en consideración. Su aumento en las inversiones en 11 años fue de un 305%. Los años de mayor inversión fueron para 2009 de 40.1%, 2010 de 45.7%, 2011 de 49.2%, 2012 de 20.1%. Para el 2013-14 fue de 6.2% y 3.5% respectivamente, obviamente ya copando su margen, siendo el año 2014 la quiebra de la Isla. Considero esto un error operacional interno que nos señala o nos envían a las fuentes de las decisiones tomadas.

La decisión es la conclusión de un análisis efectuado y esa es la fuente para investigar. Se tomaron decisiones altamente riesgosas. De la misma manera que se le exige transparencia al gobierno en las ventas de inversiones, debe exigirse transparencia a las juntas de las cooperativas y sus presidentes en la compra de estas inversiones porque el afectado fue el socio/cliente restringiendo en el pago de sus beneficios.

Al cierre de 2004 se tenía un índice de reservas de capital a activos totales de 4.76%. El capital indivisible comprendía un índice de 3.48% y otras reservas en 0.44%, considerando 0.86% en los sobrantes.

Al cierre de 2014, la composición de índice de sus reservas de capital era de 3.81% (incluyo los sobrantes y la reserva de inversiones), siendo el índice de capital indivisible 3.91%, las otras reservas comprendían 1.24% y los sobrantes para dividendos y patrocinio en 0.23%.

El grupo COSSEC (me refiero a las cooperativas A/C) nunca perdió su nivel de capitalización adecuada. La misma se redujo de 4.76% a 2004 a 3.10% cierre de 2015. Pero de ahí en adelante repuntó al cierre de 2024 en 8.32%. El promedio al período de 2004 a 2015 es de 4.76%, de 2015 a 2024 es de 5.72%.

Han pasado los últimos tres años superando el índice de adecuación de capital sobre los parámetros de NCUA en 7.69%. Esto ha cambiado para los últimos tres años. Su índice a 2024 es 8.32%, manteniendo su índice CIAT (capital indivisible/activos totales) en 3.26%. Las otras reservas han aumentado a 7.29%. Han mostrado estabilidad y superación y esto se logra sin la reposición de las inversiones del gobierno.

Como nota aparte, puedo señalar que la prioridad del capital reside en el pago de dividendo, tomando los sobrantes con tal propósito, que son pagos al año siguiente del cierre contable. Razón por la cual el aumento en reservas, sobre todo en el capital indivisible, es muy lento. Cuando observamos los “sobrantes” desde el 2004 hasta 2008, el promedio asignado a los dividendo y patrocinio fue de 142% sobre las otras reservas. Como grupo nunca se ha dejado de pagar los dividendos y patrocinio al socio.

¿Cuál fue la base fundamental de la Junta de directores y sus directivos en el análisis de riesgo de inversiones y financieros para determinar la compra desmedida en las inversiones del gobierno local únicamente? ¿Se hizo un análisis de riesgo de inversión mediante la diversificación de la cartera de inversiones? Si fue así, ¿por qué la concentración de una inversión?

Era de esperar, o al menos considerar, en el análisis de riesgo las posibilidades del gobierno incumplir, el historial era claro y tomar medidas conscientes de cuánto debió ser la compra.

Convine señalar que la importancia de una suficiencia de capital puede ser lamentablemente derrumbada ante una falta de buena gobernanza, ante la gestión de riesgos, lo que incurrió aparentemente. Ante estas pérdidas por una mala decisión en su gobernanza de cada cooperativa, algunos comentaristas dicen que se está solicitando un rescate financiero. Creo que es incorrecto, esto no es para salvaguardar las finanzas en este caso de las cooperativas con una posibilidad de un colapso total de la economía local. Creo que lo que se está solicitando, digamos, es un retiro financiero, una devolución de las inversiones con la nueva definición en la Ley 99-24 conocido como “menoscabos externos no-operacionales”. “Esta erosión de reservas causada por factores externos que no se relacionan con las operaciones de las Cooperativas (es decir, por “Menoscabos Externos No-Operacionales”), activa la responsabilidad gubernamental de salvaguardar y garantizar la estabilidad económica de las Cooperativas, responsabilidad pública…” (Ley Núm. 99 de 2024). En otro escrito he señalado que el ejercicio de inversión se convierte en la segunda fuente de ingreso más importante en la cooperativa lo que la responsabiliza en el buen ejercicio de inversión, como toda otra corporación.

Pregunto: Basado en esta definición según interpreto, ¿puede todo inversionista que haya comprado las inversiones del gobierno ampararse en esta definición para recibir su devolución?

Ante esta situación, creo que el gobierno, ante sus deficiencias administrativas, les permitió a las cooperativas un desahogo mediante el permiso de amortizar estas pérdidas a 15 años y fue reglamentado, lo cual prácticamente todas adaptaron y han logrado superar las pérdidas. Les dio el espacio reglamentario para mantener la posición de capital sin estorbar la estabilización financiera. Este arreglo ha sido un éxito.

Nuestras cooperativas siempre han sido un pilar en nuestra economía en las aportaciones de sus productos para toda comunidad, sobre todo aquellas comunidades de altas necesidades económicas y sociales y en los momentos más difíciles de la economía.

Hemos aprendido de las malas decisiones y hemos demostrado la capacidad para superarnos en los momentos más difíciles de la economía local.

El capital es el elemento fundamental en la intermediación financiera que permite la capacidad en el ejercicio de captación y colocación. Por eso, sigo insistiendo en mis escritos que hay que lograr un aumento razonable en el interés ponderado, reducción del coste financiero, reducción del gasto con la prioridad de lograr llevar el CIAT como mínimo 4% para asegurar un índice de capital de no menos del 8%.

El mayor beneficio que un cooperativista puede recibir de su cooperativa no es el dividendo, es el servicio financiero que ninguna otra institución nos puede brindar.

Nota: Esta es simplemente una opinión que admite críticas y correcciones.

  • El autor es un empleado retirado de la banca comercial, con una experiencia de 40 años de servicio.