Por Redacción de Sin Comillas

Decenas de miles de trabajadores de los puertos de la costa este de Estados Unidos se declararon en huelga el martes, lo que podría generar pérdidas diarias ascendentes a $5,000 millones, según estima JPMorgan, que no espera que la huelga se extienda más de una semana.

Si se extendiera más allá de un par de semanas, la huelga podría causar escasez y aumento en precio y las pérdidas podrían ser desastrosas para la cadena de suministros a nivel global. Sobre todo estando tan cerca la temporada de Navidad.

La huelga, que afecta a más de la mitad de las exportaciones e importaciones de Estados Unidos y a prácticamente la totalidad de las importaciones de Puerto Rico, se produce debido a que los trabajadores (unos 45,000 trabajan en los puertos del Atlántico) consideran insuficiente una subida salarial del 50% en los próximos seis años y exigen un aumento del 77% como condición para volver a la mesa de negociación. Estaríamos hablando de un salario de $69 por hora, frente a los $39 actuales.

Empresas como Costco, Ikea o Best Buy han estado acelerando sus actividades logísticas esta semana para recoger en los puertos los últimos envíos de mercancías antes de la huelga.

La paralización de los puertos de Estados Unidos llega un año después de que el sector del automóvil protagonizara una de las mayores huelgas que se recuerdan y que puso en jaque la producción de autos. Los trabajadores demandaban un alza salarial de 40% y después de varias semanas aceptaron una subida de 25%.

En Puerto Rico el CUD pide calma

Ramón Barquín, presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), pidió a los puertorriqueños tranquilidad y evitar el acaparamiento de productos de primera necesidad.

“Entendemos la incertidumbre que esto puede generar en la población, especialmente porque en Puerto Rico hemos vivido situaciones difíciles tras eventos como huracanes y terremotos, que afectaron la cadena de suministros. Sin embargo, en este momento no hay razón para alarmarse o correr a los supermercados para acumular productos. Es importante mantenernos informados, pero con calma. El comercio, los supermercados y las tiendas aún cuentan con inventarios suficientes y no debemos fomentar una situación de escasez innecesaria”, explicó Barquín.

El ejecutivo aprovecho para pedir la eliminación del impuesto al inventario. “La cadena de suministros en Puerto Rico se enfrenta a una carga añadida debido al impuesto al inventario. Este gravamen no solo afecta a los pequeños y medianos comerciantes, quienes se ven limitados en la cantidad de inventario que pueden almacenar, sino que también perjudica directamente al ciudadano de a pie. En tiempos de emergencia, cuando necesitamos tener suficientes reservas, este impuesto crea una barrera para mantener los niveles de inventario adecuados”, señaló.