Por Redacción de Sin Comillas

En Puerto Rico, la banca emplea a 11,795 personas con un salario promedio de $55,263 en 2023, un 34.3% más que en 2019, antes de la pandemia. La banca local otorgó un total de 147,141 préstamos en 2023 por un valor total de $8,270 millones, lo que supone un aumento del 36.5% respecto a 2019.

Los datos los presentó la Asociación de Bancos de Puerto Rico (ABPR) y son parte del estudio “La contribución socioeconómica del sector bancario de Puerto Rico”, realizado por la firma V2A Consulting.

Los depósitos bancarios han crecido 32.3% entre 2019 y 2023 (excluyendo gobierno) y la cartera de préstamos aumentó 10.0%. La banca otorgó un total de 147,141 préstamos en el año 2023 por un valor total de $8,270 millones, lo cual supone un aumento del 36.5% en valor respecto a las originaciones del 2019.

En el año 2022, la banca contribuyó en $204 millones al fondo general del Gobierno de Puerto Rico a través del pago de impuestos, lo cual representó alrededor del 6.3% de los ingresos tributarios de corporaciones en Puerto Rico.

El estudio indica que el sector bancario se encuentra en una situación financiera sólida tanto en términos de calidad de activos, como de capitalización. La tasa de morosidad de la cartera de préstamos es de 2.0% en comparación con el 14.2% que tuvo en el 2010 o el 7.5% en el 2015. Además, su tasa de capitalización es del 17.7%, medido según el “Total Risk Based Capital Ratio”, por encima del promedio de la banca de Estados Unidos (15.1%).

Como parte de la legislación federal contenida en el “Community Reinvestment Act” (CRA), la banca local provee financiamiento, inversión y servicios que apoyan el desarrollo comunitario de las áreas geográficas que sirve, en este caso Puerto Rico. La banca puertorriqueña financió $1,828 millones en proyectos que impulsaban el desarrollo comunitario e hicieron inversiones de $347 millones relacionadas al desarrollo comunitario.

El estudio presenta las siguientes recomendaciones:

  1. continuar aprovechando la infraestructura bancaria como oportunidad para expandir el pago de servicios públicos;
  2. continuar con la digitalización de los procesos gubernamentales para acceso rápido a documentos públicos;
  3. evitar la sobrerregulación de la industria porque el sector bancario ya es uno muy regulado;
  4. mejorar la recopilación y el acceso a información actualizada sobre el desempeño del sector financiero, y
  5. promover la bancarización de la población.