Por Luisa García Pelatti

La tasa de morosidad bancaria en Puerto Rico volvió a caer en el segundo trimestre de este año por debajo del 2.00% y se situó en 1.73%, el nivel más bajo desde 2006, según los datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC). Hace un año, la tasa de morosidad estaba en 2.20%.

La morosidad ha estado cayendo desde el tercer trimestre de 2020, tras un leve repunte a principios de la pandemia. La morosidad superaba el 10% entre 2009 y 2012.

El valor total de créditos dudosos disminuyó de $485.1 millones en el primer trimestre del 2024 hasta $462.2 millones en el segundo trimestre. Son $81.4 millones menos que en el mismo periodo del año pasado.

Lo que en principio podría parecer una buena noticia, quizás no lo sea tanto. Algunos economistas explican que la morosidad está bajando porque la banca está siendo más “agresiva” en darle “write off” a préstamos, en vez se tirarlos a pérdidas, de esa forma no contarían como créditos morosos. Esta práctica se reflejaría en un alza en las quiebras y en las demandas de cobro.

La morosidad en la cartera de tarjetas de crédito, que ha estado creciendo en los últimos dos años, retrocedió levemente en el segundo trimestre hasta 2.10%, frente al 2.16% de trimestre previo, pero casi un punto por encima del 1.39% del segundo trimestre del año pasado. Los datos son muestra de las dificultades de los consumidores para pagar la deuda contraída con las tarjetas de crédito, como resultado del agotamiento del ahorro acumulado durante la pandemia y la fuerte caída de la tasa de ahorro.

La tasa de morosidad más alta está en la cartera de hipotecas, 2.89%, que es, sin embargo, la más baja desde 2006. La morosidad en las hipotecas estaba en 3.74% en el segundo trimestre del año pasado. En el 2020 se había situado por encima del 10%.

Se considera que un préstamo es moroso si se ha producido un impago del principal o intereses durante un periodo de más de 90 días.