Por Luisa García Pelatti
La zona portuaria de Puerto Nuevo, por donde entra el 80% de las mercancías que llegan en barco a Puerto Rico, está en malas condiciones por décadas de falta de mantenimiento. En algunas zonas, el deterioro requiere reparaciones, pero en otras la única alternativa es la construcción de una nueva estructura, según un estudio realizado, en octubre de 2023 por la firma puertorriqueña CMA y por Marine Infrastructure Engineering Solutions P.C., con sede en Kentucky, al que ha tenido acceso SIN COMILLAS.
La Autoridad de los Puertos (APPR) se propone someter propuestas competitivas para obtener fondos federales que, junto a fondos privados, permitan hacer las obras necesarias más urgentes.
Esta semana, la APPR anunció que sometió una propuesta competitiva ante el “Programa de Subvenciones para una Economía más Fuerte para la Innovación Rural” (RAISE por sus siglas en inglés) para reparar el muelle D, en Puerto Nuevo, con el objetivo de obtener los $26.4 millones que se necesitan.
Este año, la APPR se propone hacer lo mismo con las zonas más deterioradas de Puerto Nuevo: los muelles N y O, según explicó Joel A. Pizá Batiz, director ejecutivo de la APPR. Se necesitarán entre $30 millones y $40 millones para la reconstrucción de cada uno de los muelles. Si no se reciben fondos federales suficientes existe la posibilidad de reparar los muelles, lo que extendería la vida útil de los muelles entre 10 y 15 años.
El estudio de CMA y Marine Solution analizó las condiciones estructurales de los 14 muelles, que se identifican con las letras del alfabeto, de la A a la O. Los muelles N y O están entre los más deteriorados y los expertos han recomendado limitar la carga que soportan. El estudio, que se había hecho originalmente en 2018, se actualizó en 2023. Desde entonces las condiciones se han deteriorado aún más.
En 2018, los muelles N y O recibieron una clasificación de “poor”, lo que significa que existe un “deterioro avanzado o estrés excesivo en amplias porciones de la estructura, pero no se reduce significativamente la capacidad de carga de la estructura”.
En 2023, esos mismos muelles fueron clasificados como “poor/serious” y “serious/fair”, respectivamente, lo que significa que están en “deterioro avanzado, el estrés excesivo o la rotura pueden haber afectado significativamente la capacidad de carga de los elementos estructurales primarios. Es posible que se produzcan fracturas y que sean necesarias establecer restricciones de carga”.
Pizá Batiz explicó que han establecido un acuerdo de colaboración con la Asociación de Navieros para que el 25% del costo de las reparaciones que se realicen en los muelles se divida entre la APPR y la compañía privada que opera en el muelle. El 75% restante se obtendrá de fondos federales.
Otro de los proyectos que tiene en agenda la agencia que dirige Pizá Batiz es la construcción de una puerta de entrada a los muelles de Puerto Nuevo. Se recibió una subvención de $4 millones para el diseño de la puerta y se necesitarán fondos adicionales para la construcción.
“Esta es una lección para las generaciones futuras. No podemos permitir que la estructura portuaria colapse. Somos una isla y es importante que los muelles y puertos estén en óptimas condiciones. Puerto Nuevo se ha convertido en una prioridad”, advirtió Pizá Batiz.