Por Luisa García Pelatti

La tasa de morosidad bancaria en el segundo trimestre cayó hasta 2.20%, el nivel más bajo desde 2006, según los datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC).

La fortaleza que muestra el mercado laboral, con una tasa de desempleo del 6%, estaría compensando las subidas en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y no parece estar afectando a la capacidad de pago de las familias.

La morosidad en los préstamos había subido hasta 6.57% en el tercer trimestre del 2020 y desde entonces no ha parado de caer. La morosidad superaba el 10% entre 2009 y 2012.

El valor total de créditos dudosos disminuyó de $673.6 millones en el segundo trimestre del año pasado hasta $543.6 millones este año. Son $130.0 millones menos que el año pasado y $25.5 millones menos que en el primer trimestre del 2023.

La tasa de morosidad es más alta en la cartera de hipotecas, entorno al 3.74%, pero también aquí se observa un fuerte descenso. En el 2020 se había situado por encima del 10%.

Donde si sube la tasa de morosidad es en las tarjetas de crédito, que se sitúa en 1.39%, frente al 1.25% del trimestre previo y al 0.99% del segundo trimestre del año pasado.

Se elevan también la morosidad en préstamos de construcción de desarrollo, que pasa de 0.75% en el primer trimestre de este año a hasta 2.79% en el segundo.

Por entidad, Banco Popular tiene la tasa de morosidad más alta, 2.72%, seguido de Oriental (2.11%) y FirstBank (1.24%).

Se considera que un préstamo es moroso si se ha producido un impago del principal o intereses durante un periodo de más de 90 días.