Por redacción de Sin Comillas
La contaminación atmosférica provocada por los cruceros en los puertos europeos supera los niveles anteriores a la pandemia, según un estudio de Transport & Environment (T&E). Sin embargo, en Venecia la contaminación disminuyó un 80% tras prohibir la entrada a los grandes cruceros. Esto demuestra que es posible luchar contra la contaminación atmosférica, afirma T&E, que reclama una mayor electrificación de los puertos para salvar vidas. El estudio no incluye datos para destinos en el Caribe.
A pesar de la introducción de un nuevo límite máximo de azufre en el combustible de los barcos, establecido por la Organización Marítima Internacional (OMI), en vigor desde en 2020, el año pasado los 218 cruceros europeos emitieron la misma cantidad de óxidos de azufre (SOx) que 1,000 millones de automóviles.
“La pandemia dio un respiro momentáneo a las ciudades portuarias, pero este efecto ya ha llegado a su fin. El turismo de cruceros ha vuelto y destinos como Barcelona y Atenas vuelven a asfixiarse con la contaminación tóxica del aire provocada por los cruceros”, señaló Constance Dijkstra, responsable de la campaña de transporte marítimo de T&E. “El caso de Venecia ha demostrado que es posible luchar contra la contaminación de los cruceros, pero prohibir su entrada no es la única solución. Los puertos pueden reducir significativamente los niveles de contaminación obligando a los buques a conectarse a la red eléctrica del puerto en lugar de quemar combustibles fósiles en sus motores auxiliares, así como apoyando el uso de combustibles renovables de cero emisiones”.
Barcelona fue el puerto más contaminado de Europa el año pasado, seguido de Civitavecchia, puerto costero al noroeste de Roma, y el puerto ateniense del Pireo.
Venecia, por otro lado, mejoró significativamente. Tras la prohibición de la entrada de grandes cruceros en el puerto que se estableció en 2021 en Venecia, pasó de ser el puerto más contaminado por cruceros en 2019 a bajar al puesto 41 en 2022, lo que provocó un descenso del 80% en las emisiones de SOx.
El operador de cruceros más contaminante fue MSC Cruceros, cuyos buques emitieron casi tanto SOx como todos los vehículos de pasajeros de Europa. Contabilizando todas sus filiales, el grupo Carnival fue el que más contaminó.
Muchos operadores de cruceros como MSC están invirtiendo en el uso de gas natural fósil (en su forma licuada, GNL) como alternativa de combustible supuestamente más limpia. El gas natural se compone fundamentalmente de metano. En lo que va de año, más del 40% de los encargos de nuevos cruceros son de propulsión con GNL. Estos buques no son tan malos en términos de contaminación atmosférica como los que usan combustibles convencionales (como el fuelóleo pesado), pero resultan muy perjudiciales desde el punto de vista climático debido a las fugas a la atmósfera de metano sin quemar de sus motores. El metano, además de un combustible fósil, es un potente gas de efecto invernadero que provoca un calentamiento 80 veces mayor que el CO2.
“Cambiar el petróleo por el gas es como cambiar el tabaco por el alcohol. Puede que ayude al sector de los cruceros a reducir la contaminación atmosférica, pero es terrible desde el punto de vista climático”, afirmó Dijkstra.