Por Luisa García Pelatti
Moody ‘s Investors Service (Moody’s) mantuvo la clasificación de la deuda a largo plazo de la Universidad de Puerto Rico en Baa2 y Baa3; pero cambió la perspectiva a negativa, lo que podría llevar a una degradación. El cambio refleja la perspectiva negativa de la deuda del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y las preocupaciones sobre la débil situación financiera de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y de Servicios Médicos Universitarios (el principal centro de educación médica).
Moody había colocado, el 11 de agosto de 2011, el crédito de la UPR en alerta para una posible rebaja, tras la degradación de las Obligaciones Generales del Gobierno el 8 de agosto. En ese momento, la agencia había explicado que la decisión se debía a que la UPR tiene una fuerte dependencia de los ingresos del Gobierno. El 75% de sus ingresos provienen del Fondo General.
El 22 de noviembre de 2011, Moody ‘s había degradado las calificaciones a largo plazo de la UPR. En concreto, la clasificación de los “Pledged Revenue Bonds” bajó de Baa1 a Baa2 y la clasificación de los bonos “2000 Series A” sufrieron una degradación de Ba2 a Baa3. Las calificaciones estaban en observación para otra posible degradación.
Según el informe de Moody’s, la decisión era consecuente con la rebaja de la calificación del Gobierno de Puerto Rico a Baa1 con perspectiva negativa –el Gobierno proporciona casi el 71.7% de los ingresos operativos de la UPR– junto con un estado de ingresos muy débil y una liquidez extremadamente escasa. Según Moody’s, la universidad ha demostrado tener dificultades para implementar aumentos en las tarifas estudiantiles.
Entre las fortalezas de la UPR, Moody’s destaca que cuenta con el respaldo de una línea de crédito de $125 millones del Banco Gubernamental de Fomento; y tienen una fuerte posición de mercado con una matrícula de 56,000 estudiantes.
Entre los retos menciona la alta dependencia de los ingresos del Gobierno, la falta de liquidez y la caída de las matrículas entre 2010 y 2011 tras las protestas estudiantiles, que duraron 62 días.
La clasificación de la deuda de la UPR podría sufrir una degradación si se reduce la clasificación de las Obligaciones Generales; si se emite deuda adicional sin un aumento en los recursos o si se deteriora la situación financiera de la Universidad.