El acuerdo se puede cancelar, pero tendría consecuencias

Por redacción de Sin Comillas

Hasta ahora, Luma Energy ha excedido su presupuesto; no ha cumplido con las métricas clave de rendimiento en cuanto a la duración y la frecuencia de los apagones; está atrasada en el cumplimiento de ciertos objetivos de mantenimiento; y ha mostrado poca evidencia de que esté logrando los ahorros que alegó que generaría con una administración más eficiente del sistema de transmisión y distribución. Es lo que se desprende de un análisis de la situación actual de energía eléctrica realizado por Sergio M. Marxuach en CNE Review, que incluyó el lenguaje de cancelación del acuerdo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y Luma y los posibles escenarios de cómo proceder. Marxuach llega a la conclusión que el escenario más práctico es lograr que el acuerdo entre la AEE y Luma funcione.

Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE), explica cómo en el caso del acuerdo entre Luma y la AEE, tras 15 meses de operación, “está claro que el desempeño de LUMA no está a la altura de las expectativas” y que “corresponde al gobierno de Puerto Rico defender los intereses del pueblo puertorriqueño”.

“No hay soluciones fáciles para los problemas energéticos de Puerto Rico. Se necesitarán varios años de trabajo duro y consistente para reconstruir el sistema y reducir las tarifas energéticas. No hay atajos, ni respuestas fáciles, ni salidas directas. La única opción es trabajar hasta lograrlo. De lo contrario, nos enfrentamos al desagradable prospecto de más años de declive económico y estancamiento social que eso conlleva”, señala.

El análisis propone que la Autoridad para las Alianzas Público-Privadas contrate a una firma independiente de ingenieros de clase mundial sin conexiones comerciales o políticas con Puerto Rico, para supervisar el desempeño de Luma en relación a sus obligaciones bajo el acuerdo.

¿Qué puede hacer el gobierno de Puerto Rico?

“Luego de analizar cuidadosamente todas las alternativas, la contestación corta es que el acuerdo se puede cancelar”, explica Marxuach, y hay varias formas para hacerlo. El CNE Review incluye tres escenarios, pero Marxuach concluye que “quizás el más sencillo, en términos legales, sería simplemente no solicitar la extensión del período interino de operación que finaliza el 30 de noviembre. El Acuerdo Suplementario actualmente en vigor establece la cancelación automática de ambos acuerdos (tanto el Acuerdo de Operación y Mantenimiento (Acuerdo de O&M) como el Acuerdo Suplementario) en esa fecha, a menos que el gobierno de Puerto Rico solicite extender su efectividad”.

Sin embargo, Marxuach enfatiza, cada solución propuesta conlleva algunas consecuencias que deben ser analizadas de antemano para evitar errores o empeorar lo que ya es una situación difícil. “En el caso del escenario que acabamos de describir, el vencimiento automático de los acuerdos desencadenaría una serie de eventos”.

  1. La AEE tendría que pagar a Luma una tarifa de cancelación de $115 millones en dólares de 2020, ajustados por inflación que al día de hoy no está presupuestada.
  2. El vencimiento de ambos acuerdos activaría el reloj de un periodo de transición que podría durar hasta 12 meses y durante el cual Luma terminaría sus operaciones y las transferiría a un operador sustituto. La AEE sería responsable también del pago de una tarifa de transición para cubrir el costo de las operaciones de LUMA durante este período.
  3. Más importante aún, el problema con este y cualquier otro escenario de cancelación, es que parece que no hay candidatos para ser el operador sustituto en caso de la cancelación. Es decir, parece que no hay un Plan B. ¿Quién se encargará entonces del sistema de transmisión y distribución de Puerto Rico?
  4. Además, “hay que tener en cuenta el impacto que la cancelación del Acuerdo de O&M pudiera tener ahora en el desembolso de los fondos de FEMA y CDBG-DR asignados para la reconstrucción de la red. Lo más probable es que ambas agencias decidan esperar a que se resuelvan los problemas legales y operativos para hacer los desembolsos. Esto significa que la reconstrucción de la red tardaría aún más que los 10 años previstos actualmente”.

CNE Review se plantean las siguientes preguntas:

  1. ¿Por qué LUMA ha sido incapaz de cumplir los objetivos básicos de rendimiento durante los últimos 15 meses?
  2. ¿Qué quiere y puede hacer el gobierno al respecto?
  3. ¿Qué consecuencias tiene la cancelación del Acuerdo de O&M?
  4. ¿Cuáles son las alternativas viables a LUMA?, es decir, ¿cuál es el Plan B?

En relación al precio de la electricidad, Marxuach explica que la flota de generación de la AEE, con la excepción de un puñado de unidades que han sido adaptadas para quemar gas natural, no ha sido modernizada. Sigue dependiendo mayormente del petróleo y el diésel para la generación de electricidad.

Según la información financiera no auditada de la AEE, de julio de 2021 a mayo de 2022, aproximadamente el 73% de los gastos de la AEE corresponden a la compra de combustible y energía. “Esto significa que Puerto Rico está a la merced de los mercados del petróleo y el gas natural, que se han visto perturbados recientemente por la rápida recuperación de la actividad económica que se afectó por la pandemia de COVID-19, el crecimiento rápido de la demanda energética relacionado con el aumento post-pandémico en el consumo de bienes manufacturados (en lugar de servicios), otras limitaciones globales en el suministro de energía y la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Por esta razón, CNE insiste en la necesidad de poner en marcha proyectos de energía renovable a gran escala”.