Por redacción de Sin Comillas

Cinco años después de los huracanes de 2017, apenas se han comenzado a plantear las necesidades de vivienda de la Isla. De hecho, la situación se ha vuelto más precaria, especialmente para las familias de bajos ingresos que buscan viviendas asequibles. El precio de la vivienda ha aumentado 22% desde 2018, según un análisis del Centro para una Nueva Economía (CNE) y su Iniciativa Blueprint.

CNE Review, la publicación mensual del think tank, destaca este mes la investigación realizada por Deepak Lamba Nieves y Raúl Santiago Bartolomei sobre los procesos de recuperación y reconstrucción. Algunos de los hallazgos son:

  • En general, los hogares pobres y los que están ubicados en Comunidades Especiales no estaban propensos a ser excluidos de recibir ayuda de emergencia.
  • Sin embargo, los solicitantes con lo que FEMA denomina “tenencia desconocida” se encuentran en mucho peor situación que los dueños de viviendas.
  • Los hogares por debajo del umbral de pobreza federal tenían mayores necesidades de vivienda pendientes en comparación con los hogares no pobres.
  • Las necesidades de vivienda pendientes eran mayores en los vecindarios con mayor concentración de pobreza, lo que fomenta la segregación socioeconómica en el área metropolitana de San Juan tras el desastre.
  • Los impactos de las tormentas también se asocian a un aumento de los precios y las ventas de las viviendas en determinadas zonas. También se observó un aumento de los costos de alquiler en los vecindarios con un mayor porcentaje de unidades con daños.
  • Del mismo modo, algunos vecindarios también experimentaron un aumento de las tasas de vacantes como resultado de los daños ocasionados por las tormentas. Este hallazgo demuestra que el impacto de los daños a causa del huracán varía. Mientras que algunos vecindarios experimentan presiones de gentrificación, otros han experimentado un mayor deterioro.

El CNE está trabajando actualmente en un proyecto -en colaboración con Elora Lee Raymond de la Escuela de Planificación Urbana y Regional de Georgia Tech- que examina la relación entre los esfuerzos de reconstrucción posdesastre y los patrones de migración en Puerto Rico.

Las investigaciones académicas sobre los movimientos poblacionales tras el huracán María han arrojado estimados que van desde más de 400,000 personas que abandonaron la isla hasta poco más de 120,000 individuos que se fueron durante el año siguiente al evento catastrófico. Si bien estos estudios ofrecen una imagen general de los movimientos y la pérdida de población, no brindan un panorama detallado de los factores que provocan la migración, incluidos los relacionados con los riesgos y vulnerabilidades previas al huracán, la exposición a la tormenta, los daños y la respuesta federal, a nivel de comunidad o de vecindario.

“Aunque aún estamos afinando nuestros modelos estadísticos, hemos encontrado patrones interesantes relacionados a las mudanzas tras la catástrofe. Para que tengan una idea de las tendencias generales, la inmensa mayoría de las personas de la muestra que examinamos no se mudaron tras el huracán María. Sin embargo, de los que se mudaron, la mayoría lo hizo dentro de su municipio. Una proporción menor se mudó dentro de Puerto Rico, pero fuera de su municipio, y un porcentaje aún menor se mudó fuera de la isla. Esto confirma los hallazgos de la literatura académica que sugiere que la mayoría de las mudanzas después de un desastre son de corta distancia”, señala la publicación. En cuanto a los retornos, las tendencias muestran que la mayoría de los que se mudaron no regresan a su comunidad de origen después de dos años.

El proyecto de investigación más reciente de CNE es una investigación sobre el mercado de alquileres a corto plazo en Puerto Rico. Algunos de los primeros resultados del análisis muestran que por cada 10% de aumento en el número total de unidades dedicadas al alquiler a corto plazo en un vecindario:

  • La mediana de los alquileres aumenta al menos un 5%
  • El precio de compra de la unidad (en dólares por pie cuadrado) aumenta un 23%
  • El volumen de ventas en un vecindario aumenta un 1%

Según explica Santiago Bartolomei, aún antes de los huracanes y los terremotos, había un excedente de propiedades a precio de mercado que nadie compraba, y un déficit de viviendas sociales y asequibles que nadie proveía. Hoy en día, hay un exceso de propiedades que se compran a precios por encima de la tasación, y un déficit aún mayor de viviendas sociales y asequibles que nadie está proveyendo.

Los desastres naturales de los últimos años han añadido una capa más de inseguridad a la ya precaria situación de la vivienda en Puerto Rico. Según Deepak Lamba Nieves, “los impactos combinados de los huracanes Irma y María tuvieron un efecto desastroso en el sector de la vivienda de Puerto Rico. Más de 725,000 hogares reportaron daños a sus viviendas, lo que representa cerca del 60% de las unidades de vivienda ocupadas en la isla”. Al día de hoy, se ha avanzado poco en la reparación del acervo de viviendas con daños en la isla.

Desde 2018, la Iniciativa Blueprint de CNE ha creado una plataforma para conversaciones productivas e intercambios de ideas sobre asuntos de tenencia de la tierra, asequibilidad y vivienda segura. La meta principal de Blueprint es aunar esfuerzos y trabajar mano a mano con nuestros colegas para diseñar una ruta colectiva hacia la reconstrucción. Para lograrlo, estamos llevando a cabo investigaciones sobre una serie de temas relacionados con la vivienda posdesastre, desarrollando herramientas interactivas y organizando eventos para el público en general, explica Lamba Nieves.