Sergio Marxuach. (Foto suministrada)

Por redacción de Sin Comillas

“Tras 15 años de estancamiento económico, una crisis fiscal y de deuda, la quiebra de su gobierno, los daños causados por los huracanes Irma y María en 2017 y una serie de terremotos en 2020, y el dolor ocasionado por la pandemia del COVID-19, Puerto Rico tiene una oportunidad única para dar un giro a su economía”, señala Sergio M. Marxuach, director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE), en la última edición de mayo de CNE Review.

La publicación se enfoca “en las tendencias positivas que convergen claramente en 2022 para crear la oportunidad de una generación para Puerto Rico, una ventana para dar un giro a su economía e iniciar un proceso que genere crecimiento económico y desarrollo a largo plazo”.

Marxuach llega a la conclusión que, a pesar de la existencia de ciertos riesgos sustanciales, las condiciones actuales son “auspiciosas para emprender un esfuerzo de desarrollo económico de base amplia en Puerto Rico”. Sin embargo, advierte que eso sólo ocurrirá si diseñamos una estrategia económica que permita a Puerto Rico aprovechar esta oportunidad. “El crecimiento económico no se producirá por sí solo. Necesitamos tomar acciones concretas y afirmativas para aprovechar la situación actual”.

El director de Política Pública de CNE destaca cuatro tendencias positivas:

  1. El proceso de reestructuración de la deuda ha terminado. El Plan de Ajuste certificado brinda un importante alivio de la deuda al reducir la deuda del estado en aproximadamente un 50%. Sin embargo, es bastante difícil determinar hoy si esta cantidad de alivio de la deuda es suficiente. Lo que está claro es que la viabilidad del Plan a medio y largo plazo depende de que se ponga en marcha el crecimiento económico en Puerto Rico.
  2. La Administración Biden se ha mostrado dispuesta a desembolsar el dinero asignado por el Congreso hace cinco años. Estos fondos financiarán los esfuerzos de reconstrucción tras los huracanes, lo que permitirá a Puerto Rico mejorar significativamente una gran parte de su infraestructura física en un periodo de tiempo relativamente corto.
  3. Hay razones para creer que lo peor de la pandemia terminará pronto. Aunque el riesgo de que surja una nueva variante sigue, y probablemente siempre estará, presente, también es cierto que la humanidad ha hecho enormes progresos en entender la evolución clínica de esta enfermedad y ha desarrollado en un tiempo récord tanto vacunas como nuevos tratamientos que reducen la incidencia de síntomas graves, hospitalizaciones y muertes.
  4. El giro intelectual y político hacia un estado más activista ofrece a Puerto Rico el espacio político necesario para desarrollar e implementar soluciones creativas a sus problemas económicos. El espíritu de los tiempos es favorable para el desarrollo e implementación de una estrategia económica cuidadosamente diseñada para Puerto Rico. En este sentido, es importante señalar que mientras la Administración Pierluisi y la Junta de Control Fiscal han propuesto nuevos incentivos económicos y la implementación de reformas estructurales, respectivamente, ambos esfuerzos se quedan cortos en cuanto al diseño de una estrategia económica para Puerto Rico.

“No debemos cometer el error de equiparar un conjunto de reformas estructurales bastante dispares y quizás marginalmente efectivas con una estrategia económica. Sencillamente, las reformas estructurales favorecidas por la Junta y expuestas en el Plan Fiscal son asuntos de segundo orden y no generarán el crecimiento económico a largo plazo que Puerto Rico necesita, tanto para mejorar la calidad de vida de su población como para pagar su deuda reestructurada, a menos que se inserten o enmarquen en una estrategia o visión económica más amplia”, puntualiza Marxuach.

La edición de mayo del CNE Review concluye que aunque las tendencias mencionadas anteriormente son en general positivas, el ambiente económico actual también se caracteriza por una importante incertidumbre y riesgos a la baja. Este análisis es parte de una iniciativa mucho más grande que enfocada en el desarrollo económico. CNE convocará en las próximas semanas a un amplio grupo de representantes del mundo académico, el gobierno, el sector privado y las ONG para poner en marcha un proceso que, esperamos, genere el crecimiento económico y el desarrollo a largo plazo que Puerto Rico tanto necesita. “Es de vital importancia que este proceso sea liderado por puertorriqueños ya que contamos con el compromiso, la capacidad y la voluntad localmente para poner en marcha nuestra economía y trazar un camino sostenible”, apunta Marxuach.

El Centro para una Nueva Economía (CNE) es un think tank independiente y no partidista que aboga por el desarrollo de una nueva economía para Puerto Rico.