Por redacción de Sin Comillas
La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un aumento en una inflación que ya estaba disparada y que se ha visto impulsada por subidas en los precios del petróleo y productos básicos y por los problemas en las cadenas de suministros debido a la guerra. El desenlace de la guerra que se libra en Ucrania tiene implicaciones para la economía de Puerto Rico, advierte el economista Juan Lara. Si la inflación en Estados Unidos se descontrola y se produce una recesión económica, se detendría la expansión que desde hace dos años experimenta la economía de Puerto Rico, tras más de una década en contracción.
“Para nosotros el objetivo principal de la política económica es cómo mantener la economía en crecimiento. Cómo evitar que la expansión en que estamos aborte y se detenga prematuramente. Una recesión en Estados Unidos podría ponernos en esa situación”, explicó Lara durante su participación en el programa “Hilando Fino” de Radio Universidad la semana pasada.
Hace 15 meses, la inflación en Puerto Rico era negativa, ahora está en 4.7% (dato del mes de febrero). En Estados Unidos la inflación está en 8.5%, la más alta desde 1981.
“No hay duda de que estamos viviendo una experiencia que no habíamos vivido en 20 o 30 años y nosotros no tenemos herramientas de control del a inflación”, explica el profesor de economía de la Universidad de Puerto Rico. Dependemos de lo que haga la Reserva Federal, el organismo encargado de controlar la inflación en Estados Unidos, que se espera que empiece a aumentar las tasas de interés el mes que viene.
“El peligro más notable es que terminemos en un escenario de recesión en Estados Unidos. Porque un escenario de recesión y con tasas de interés subiendo y con inflación alta es muy riesgoso para nosotros, porque podría detener la expansión económica que estamos teniendo y que lleva ya casi dos años, después de más de una década en contracción”.
El objetivo principal de la política económica, dice, es mantener el crecimiento que la economía lleva experimentando en los últimos dos años gracias a la llegada de los fondos federales para la reconstrucción tras el huracán María (septiembre de 2017) y la pandemia.
El riesgo político más peligroso es “un viraje al conservadurismo fiscal que puede venir con la derecha republicana”, que puede poner fin a la llegada de esos fondos o que los reduzca de forma significativa. El gobierno tiene que movilizar todos los recursos para asegurarse de que los proyectos empiezan a caminar lo antes posible.
Miedo a la estanflación
Hay temor de que la guerra en Ucrania, y sus implicaciones en el comercio internacional y el aumento en la inflación, dé lugar a un periodo de estancamiento económico con alta inflación, lo que se ha llamado “estanflación”.
Lara explica que eso fue lo que ocurrió en la década de los 70 del siglo pasado con el shock petrolero. “Cuando llega la invasión de Ucrania representa un shock parecido a un shock petrolero”. Aumentan los precios del petróleo, de las materias primas y los alimentos cuando la inflación ya era un foco de preocupación.
Antes de la invasión, los precios habían aumentado por la interrupción de las cadenas globales de suministros asociados a las restricciones por el COVID-19. Pero, además, hubo una fuerte inyección de liquidez a la economía, con transferencias a hogares y negocios como parte de los programas de alivio de la pandemia. “Tenemos unos consumidores con dinero en los bolsillos que se lanzan a gastar en una economía en que la oferta se está reduciendo y eso disparó la inflación”, apunta Lara, que no duda que se produzca una desaceleración del comercio internacional y del crecimiento económico. El panorama se puede complicar si la guerra se extiende.