Opinión
Por José García López*
Durante las últimas cinco décadas se han realizado siete reformas contributivas, sin contar varias propuestas presentadas que no llegaron a primera base. Estas reformas han perseguido alcanzar algunos de los principios o máximas que establece la teoría económica de la hacienda pública. Estos principios son los siguientes:
- Equidad
- Justicia
- Recaudación fiscal
- Eficiencia
- Simplificación y mejor administración del impuesto
- Promover el crecimiento económico
- Flexibilidad
- Responsabilidad política
La búsqueda de lograr estos principios es una tarea muy compleja y requiere priorizarlos. Estos nos ayudan a enmarcar y servir de guías a los cambios propuestos para transformar el sistema tributario. No basta con presentarlos como parte de la exposición de motivos de una legislación, sino que requiere evaluar cada uno de forma integral dentro del sistema tributario. Es decir, se requiere conocer si la estructura impositiva que posee el país y su gama diversa de impuestos directos (sobre ingresos y propiedad) e indirectos o al consumo (impuestos sobre ventas, impuestos sobre el valor añadido, árbitros, otros) han sido efectivos alcanzando los objetivos señalados. Partiendo del diagnóstico sobre el sistema es que debemos realizar el diseño de una reforma real que reconozca los problemas estructurales que por décadas no se han atendido.
Una mirada histórica a las reformas realizadas en el pasado nos deja una serie de lecciones que nos hemos resistido aprender y que nos llevaron a la insuficiencia fiscal y quizás la quiebra del Gobierno de Puerto Rico. Más aún, nos han creado problemas de desigualdad y límites a la formación de capital como al crecimiento económico. De acuerdo con expertos y estudioso del tema como J. Santiago (1974), S. Andic (1983), L. Saldaña (1983) y R. Cao (2004); nuestras reformas contributivas no han logrado sus objetivos en varias ocasiones y han terminado en ciertos casos siendo meros “parchos” al sistema.
Son encomiables los esfuerzos del grupo de asesores técnicos que nombró el Gobernador Hon. Pedro Pierluisi para llevar a cabo una reforma contributiva. Ellos deben tener el tiempo y los recursos para estudiar la realidad de nuestro sistema tributario y poder presentar un proyecto integral y transformador. De no ser así, volveremos a cometer el mayor de los errores – no aprender de las lecciones del pasado.
Para una discusión más amplia y profunda sobre el tema pueden referirse al libro que a cabo de publicar: Reformas Contributivas en PR:1898-2020-Trasfondo, Impacto y Alcance!
- El autor es profesor adjunto de economía en el Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico.