Por redacción de Sin Comillas
La invasión de Ucrania y la subida del precio del petróleo han obligado al Banco Central Europeo (BCE) a la retirada de los estímulos que se pusieron en marcha para salvar a la economía tras el golpe de la pandemia.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, anunció que irá reduciendo su programa de compra de deuda hasta los 20,000 millones de euros (Unos $22,000 millones) mensuales en junio. A partir de entonces, podría poner punto final a esas adquisiciones masivas y empezar a pensar en una subida de las tasas de interés.
Lagarde espera que la economía de la Eurozona crezca a un ritmo menor al mismo tiempo que sube la inflación. Y advirtió de que solo tiene dos escenarios alternativos: uno “malo” y otro “peor”.
El BCE ha rebajado el crecimiento de la zona euro de 4.2% a 3.7% para este año y anticipa una inflación de 5.1% este año, en lugar del 3.2% previsto en diciembre. Lagarde no mencionó la palabra estanflación y considera que todavía no existe una presión del alza de precios sobre los salarios.
La invasión de Ucrania se produjo justo cuando el mercado laboral empezaba a mejorar, se desvanecían los problemas en la cadena de suministros y el fin de ola ómicron daba un respiro a la economía.